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A un mes de la tragedia

Opinión del experto nacional

Opinión del experto nacional

José Luis Luege Tamargo*

 

Este jueves se cumplirá un mes de la terrible tragedia en la Línea 12 del Metro que tanto dolor causó a muchas familias por la pérdida de sus seres queridos, por los heridos y por la gravísima afectación a medio millón de usuarios de esta ruta tan importante hacia el oriente de la ciudad. Dolor evitable, si las autoridades del SCT Metro hubieran cumplido con la correcta supervisión y mantenimiento del sistema.

Hace muchos años que el SCT Metro opera en quiebra técnica, debido a que el presupuesto anual aprobado no alcanza para los mínimos indispensables de los estándares establecidos de mantenimiento y sustitución de partes y equipo.

Este año, el presupuesto aprobado fue de 15 mil 081 millones de pesos, cuando en el 2015 fue de 19 mil 720. ¿Puede justificarse un monto menor a seis años de distancia?

¿Pero cuál debiera ser el presupuesto anual del Metro? De acuerdo con datos del propio organismo, considerando una capacidad de 5.5 millones de pasajeros por día, el presupuesto anual para costos de operación y mantenimiento debería ser de 36 mil millones de pesos. Esto quiere decir que el déficit anual es alrededor de 16 mil millones de pesos. El Metro, orgullo de México, que durante muchos años se consideró como uno de los mejores del mundo, hoy se encuentra en situación desastrosa, con más de cien trenes fuera de operación por falta de mantenimiento y refacciones, y cancelados todos sus planes de crecimiento.

Por distintos medios se insiste en no politizar ni buscar culpables en esta tragedia. Por el contrario, yo creo que sí hay culpables y sí es un problema político y más bien me da la impresión de que lo que busca el gobierno, como en muchas otras tragedias, es el olvido. Por lo tanto, proponemos que la investigación y auditorías que se realicen las ejecuten organismos independientes; que haya justicia y acción contra las irregularidades que se encuentren, sean de origen, de diseño, de ingeniería o por falta de supervisión y mantenimiento.

Por el sismo de 2017 hubo daños muy fuertes, principalmente en la estructura elevada de la Línea 12. Se hicieron reparaciones, pero es evidente que muchas fallas ostensibles no se atendieron. Al inicio de la actual administración se ordenó una revisión técnica de las áreas afectadas y de estos estudios, se supone, derivaría un plan de acciones a realizar que, evidentemente, no se ejecutó.

Pero lo que es muy grave es que desde la construcción de la Línea 12 hubo corrupción e irregularidades. Anoto tres muy graves: 1) se ordenó que la licitación para los trenes la hiciera el organismo Calidad de Vida, que no tenía ni competencia ni capacidad para hacerlo; además, no dieron el tiempo ni las condiciones para la participación de otras empresas especializadas, sólo presentó propuesta la empresa española CAF y el contrato les fue adjudicado directamente, violando la ley. Los vagones de estos trenes fueron de una longitud mayor a la especificada en el proyecto, lo que provocó serios problemas en las curvas de la estructura elevada.

2) Sin justificación, se ordenó que la adquisición de los trenes fuera mediante arrendamiento financiero, cuando el STC Metro cuenta con el equipo, experiencia y personal para la atención y mantenimiento de los trenes.

3) Se tomó la decisión de cambiar el proyecto subterráneo a elevado sobre la avenida Tláhuac. Las curvas en dicha avenida son de un radio menor a las especificaciones que requieren los trenes de CAF. Todas las auditorías han demostrado que las fallas y el desgaste ondulatorio de los rieles, así como los esfuerzos superiores sobre la estructura, se deben a este problema.

La compra fraudulenta de los trenes se hizo con la autorización del entonces jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, y por su secretario de Finanzas, Mario Delgado. Las especificaciones de los trenes fueron distintas a las solicitadas en el proyecto original y, en gran medida, causantes de las graves fallas en la operación de la Línea 12. Hoy se ocultan en otros temas, cuando son responsables directos de esta tragedia.

Es responsable la actual directora del Metro, quien debió presentar su renuncia el mismo día de la tragedia y, hasta hoy, sigue desaparecida. También son responsables las directivas del SCT Metro y los jefes de Gobierno que siguieron a la administración de Marcelo Ebrard, por mantener una actitud omisa y criminal al no investigar a fondo estas irregularidades y por abandonar al Metro en una condición de desastre, sin el mantenimiento ni la supervisión mínima requeridas.

Exigimos una investigación imparcial y justa, con castigo para los responsables; Proponemos una revisión a fondo del presupuesto raquítico que recibe el SCT Metro y su corrección inmediata, para poder ejecutar nuevos proyectos y dar el mantenimiento requerido que garantice la total seguridad del sistema.

El Metro es y debe ser la columna vertebral de la movilidad metropolitana.

 

*Twitter: @JL_Luege

 

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