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La ciencia ha cumplido, ¿lo hará la OMC?

Opinión del experto Global

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Brajendra Navnit
Embajador y representante permanente de India ante la OMC

 

En una propuesta presentada por India, Sudáfrica y otros ocho países, se pide a la Organización Mundial del Comercio (OMC) que exima a los países miembros de la aplicación de algunas patentes y otros derechos de propiedad intelectual en virtud del Acuerdo sobre los Aspectos de los Derechos de Propiedad Intelectual relacionados con el Comercio (ADPIC) de la organización, por un periodo limitado de tiempo. Se trata de garantizar que los derechos de propiedad intelectual no restrinjan la rápida ampliación de la fabricación de las vacunas y tratamientos de covid-19. Aunque unos pocos miembros han expresado su preocupación por la propuesta, una gran proporción de los miembros de la OMC la apoyan. También ha recibido el respaldo de varias organizaciones internacionales, organismos multilaterales y la sociedad civil mundial.

Tiempos sin precedentes exigen medidas poco ortodoxas. Vimos esto en la eficacia de los cierres estrictos durante un periodo limitado, como una política de intervención, para reducir la propagación de la pandemia. El Fondo Monetario Internacional, en su edición de octubre de 2020 de Perspectivas Económicas Mundiales, afirma: “El riesgo de que los resultados del crecimiento sean peores que los proyectados sigue siendo considerable. Si el virus resurge, los progresos en materia de tratamientos y vacunas son más lentos de lo previsto o el acceso de los países a ellos sigue siendo desigual, la actividad económica podría ser menor a la esperada, con un nuevo distanciamiento social y cierres más estrictos”. La situación parece ser más sombría de lo previsto, hemos perdido 7% de la producción económica con respecto a la hipótesis de referencia proyectada para 2019. Esto se traduce en una pérdida de más de seis billones de dólares del PIB mundial. Incluso una mejora de 1% del PIB mundial con respecto a la hipótesis de referencia añadirá más de 800 mil millones de dólares a la producción mundial, lo que compensará la pérdida de un sector de la economía a causa de la Exención.

La mera señal de asegurar el acceso oportuno y asequible a las vacunas y los tratamientos funcionará como un gran impulsor de la confianza. Con la aparición de vacunas exitosas, parece haber alguna esperanza en el horizonte. Pero, ¿cómo se logrará que éstas sean accesibles y asequibles para la población mundial? La pregunta fundamental es si habrá suficientes vacunas para todos. Tal como están las cosas, ni siquiera los escenarios más optimistas de hoy en día pueden asegurar el acceso a vacunas y terapias para la mayoría de la población, tanto en países ricos como en pobres, para finales de 2021. Todos los miembros de la OMC han acordado que hay una necesidad urgente de aumentar la capacidad de fabricación de vacunas y terapias. La propuesta de exención del Acuerdo sobre los ADPIC trata de satisfacer esta necesidad asegurando que los obstáculos a la propiedad intelectual no se interpongan en el camino.

POR QUÉ LAS FLEXIBILIDADES EXISTENTES EN EL ACUERDO NO SON SUFICIENTES 

Las flexibilidades existentes en el marco del ADPIC no son adecuadas, ya que no se diseñaron teniendo en cuenta una pandemia. Las licencias obligatorias se emiten país por país, caso por caso y producto por producto, donde cada jurisdicción con un régimen de Propiedad Intelectual tendría que emitir licencias obligatorias separadas, lo que hace extremadamente onerosa la colaboración entre países. Si bien alentamos la utilización de las flexibilidades del ADPIC, su aplicación requiere mucho tiempo y es engorrosa. Por lo tanto, su solo uso no puede garantizar el acceso oportuno a vacunas y tratamientos asequibles.

Del mismo modo, no hemos visto un progreso muy alentador en el grupo de acceso a la tecnología covid-19 de la OMS ni en la iniciativa C-TAP, que alienta la contribución voluntaria de propiedad intelectual, tecnología y datos para apoyar el intercambio y la ampliación a nivel mundial de la fabricación de los productos médicos de covid-19. Las licencias voluntarias están rodeadas de secretismo. Sus términos y condiciones no son transparentes. Su alcance se limita a cantidades específicas o a un subconjunto limitado de países, con lo que se fomenta el nacionalismo en lugar de una verdadera colaboración internacional.

POR QUÉ ES NECESARIO IR MÁS ALLÁ DE LAS INICIATIVAS DE COOPERACIÓN MUNDIAL EXISTENTES

Las iniciativas de cooperación mundial, como el Mecanismo COVAX y el Acelerador de la ACT, son inadecuadas para satisfacer las enormes necesidades mundiales de siete mil 800 millones de personas. La iniciativa ACT-A tiene por objeto adquirir dos mil millones de dosis de vacunas para finales del año próximo y distribuirlas equitativamente en todo el mundo. Sin embargo, con un régimen de dos dosis, esto sólo cubrirá a mil millones de personas. Esto significa que, aunque el ACT-A esté totalmente financiado y tenga éxito, lo que de hecho no ocurre en la actualidad, no habría suficientes vacunas para la mayoría de la población mundial.

EXPERIENCIA PASADA

Durante los primeros meses de la actual pandemia, hemos visto que los estantes fueron vaciados por quienes tenían acceso a cubrebocas, equipo de protección personal, desinfectantes, guantes y otros artículos esenciales, incluso sin tener necesidad inmediata. No debería ocurrir lo mismo con las vacunas. Eventualmente, el mundo pudo aumentar la fabricación de artículos esenciales de covid-19, ya que no había barreras de propiedad intelectual que lo impidieran. En la actualidad, necesitamos la misma combinación de derechos de propiedad intelectual y conocimientos técnicos para aumentar la fabricación de vacunas y tratamientos, lo que, lamentablemente, no se ha producido, por lo que se necesita una exención.

Es la pandemia —un acontecimiento extraordinario— la que ha movilizado la colaboración de múltiples actores. Son los conocimientos y las aptitudes de los científicos, investigadores, expertos en salud pública y universidades los que han hecho posible las colaboraciones entre países y la enorme financiación pública que ha facilitado el desarrollo de vacunas en un tiempo récord ¡y no sólo la propiedad intelectual!

EL CAMINO A SEGUIR

La propuesta de exención del ADPIC es una respuesta específica y proporcionada a la excepcional emergencia de salud pública a la que se enfrenta el mundo en la actualidad. Dicha exención se ajusta a las disposiciones del artículo IX del Acuerdo de Marrakech, por el que se estableció la OMC. Puede contribuir a garantizar que no se pierdan vidas humanas por falta de un acceso oportuno y asequible a las vacunas. La adopción de la exención también restablecerá la credibilidad de la OMC y demostrará que el sistema de comercio multilateral puede dar resultados en tiempos de crisis. Ha llegado el momento de que los miembros de la OMC actúen y adopten la exención para salvar vidas y ayudar a que la economía vuelva rápidamente a la senda de la reactivación.

Si bien hacer que las vacunas estén disponibles fue una prueba de la ciencia, hacerlas accesibles y asequibles va a ser una prueba de la humanidad. La historia debería recordarnos por la disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad de las vacunas y tratamientos de covid-19 y no por disponibilidad solamente. Nuestras futuras generaciones no merecen nada menos.

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