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Lo que queda del día

Lucero Solórzano

Lucero Solórzano

30-30

Hacia el mes de octubre se habló mucho del escritor británico de origen japonés Kazuo Ishiguro al recibir el Premio Nobel de Literatura por su contribución en el campo de las letras. La academia sueca regresó el galardón a las manos de un escritor, después de la polémica generada el año anterior cuando decidió distinguir la poesía y música de Bob Dylan con el máximo reconocimiento literario a nivel internacional.

Ishiguro nació en Japón, pero desde niño vive en Gran Bretaña y hoy en día es uno de los más importantes escritores anglosajones. En su extensa obra, dos de sus novelas han sido llevadas al cine: Lo que queda del día en 1993, y Nunca me abandones en 2010.

25 años después, y en la muy desgastada discusión de si un libro es mejor que su adaptación cinematográfica o viceversa, Lo que queda del día (The remains of the day-Los restos del día) escrita por Ishiguro en 1989 y ganadora del Premio Booker, encuentra en su traslado al cine una justa y sensible interpretación, cuyo guión corrió a cargo de Ruth Prawer Jhabvala, quien trabajara con el director James Ivory en muchas películas.

Dirigida por Ivory, Lo que queda del día recibió ocho nominaciones al Oscar, de las que no ganó ninguna en un año muy “repartido”, en que La lista de Schindler de Steven Spielberg se sirvió con la cuchara grande. Es una de las mejores películas de Ivory en la que reunió un reparto impresionante, encabezado por Anthony Hopkins, Emma Thompson, James Fox, Christopher Reeve, y Peter Vaughan. La historia se construye con una sutileza exquisita, poblada de momentos de gran delicadeza en la dirección de actores, cuidando especialmente sus movimientos, miradas, susurros, titubeos, silencios, pero también en el manejo de la fotografía, la escenografía, los recorridos por los rincones de la casa que es un personaje más, la iluminación, la música. 

Lo que queda del día entreteje varias tramas. Se inicia con la subasta de objetos, pinturas y muebles de Darlington Hall, una enorme casa en la campiña inglesa que perteneció al aristócrata lord Darlington, James Fox, quien vivió bajo un estricto código de etiqueta, muy británico, hasta para los más pequeños detalles. Sangre nueva entra a Darlington Hall en la persona del norteamericano John Farraday, Christopher Reeve, quien compra la casa y sugiere al mayordomo, James Stevens, un soberbio Anthony Hopkins, que salga unos días en el auto mientras él viaja a Estados Unidos. En el largo recorrido de Stevens se inicia un viaje al pasado, a los tiempos de esplendor de Darlington Hall, de la reprimida relación de Stevens con Miss Kenton, exquisita Emma Thompson, y de un lord Darlington Hall que Stevens no supo reconocer en su participación en reuniones secretas con altos mandos del Partido Nazi, previas a la Segunda Guerra Mundial.

25 años después, Lo que queda del día sigue siendo una gran película.

 

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