Eres mi pasión

El segundo largometraje del mexicano Anwar Safa, Eres mi pasión, se estrenó la semana pasada apostándole todo al público futbolero y a la fiebre de este deporte con la Copa del Mundo ya prácticamente a la vuelta de la esquina.

Eres mi pasión es el remake o refrito de la argentina El futbol o yo, dirigida por Marcos Carnevale, autor del guión y, para mayor información, también responsable de la muy exitosa Elsa y Fred, que en Mexico se convirtiera en un fenómeno de taquilla con la sola publicidad que de ella hicieran los espectadores.

El cine mexicano ya se ha ocupado de refritear comedias argentinas como fue el caso de No sos vos, soy yo, que en México se tituló No eres tú, soy yo protagonizada por Eugenio Derbez. La adaptación de El futbol y yo al mercado nacional es de Javier Peñalosa y está protagonizada por Mauricio Isaac y Mariana Treviño que interpretan a Pedro y Luly, un matrimonio clasemediero que tiene un hijo adolescente. Pedro tiene una escuela de manejo con un socio y Luly tiene una pastelería. Todo caminaría bien si no fuera por un gran problema: Pedro está atrapado en una adicción obsesiva por el futbol. Su vida entera gira en torno a camisetas, balones, partidos, torneos, hasta su forma de hablar se construye con el argot del futbol.

Es tan patológica su afición que decide comprar un boleto para ir al Mundial de Rusia sin que Luly lo sepa. Al enterarse, ella lo corre de la casa y se desencadenan situaciones que caen en lugares comunes propios del género.

Eres mi pasión tiene un público objetivo claro en los aficionados al futbol que se pueden identificar con el personaje de Pedro desde las primeras escenas. Mauricio Isaac y Mariana Treviño están bien en lo suyo, pero carecen de química como pareja, sucede lo mismo con el actor que interpreta a su hijo y esto no ayuda para que parezcan una familia.

Hay un manejo muy machista de la relación de pareja y el desenlace es complaciente. Las subtramas se sienten un poco forzadas.

Los más populares narradores de futbol acompañan la película describiendo las peripecias de Pedro como si se tratara de un partido de futbol, con los gritos y excesos acostumbrados. Para el público que sigue fielmente las transmisiones por televisión, Eres mi pasión, es el paraíso.

En general, no aporta nada nuevo, pues es una película de fórmula que busca vender boletos y entretener.