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Cerrar la brecha, por una igualdad salarial

London eye

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Por Corin Robertson

En otras ocasiones he relatado un poco sobre cómo es ser tan sólo la tercera embajadora británica en México. En América del Norte tenemos un equipo con jefas de misión, mis colegas, Susan le Jeune d’Allegeershecque en Canadá, Karen Pierce en Estados Unidos y la recién nombrada Barbara Woodward en las Naciones Unidas en Nueva York. Me enorgullece enormemente ser parte de este equipo.

Una de las razones por las que me enorgullece tanto es porque sé que no ha sido una labor fácil.

Las mujeres que tenemos el privilegio de liderar misiones estamos paradas sobre los hombros de incontables mujeres que han puesto todo para que estemos donde estamos hoy.

Les debemos nuestros puestos sí a nuestra historia personal y nuestro propio trabajo, pero también a todas aquellas que nos precedieron. En Reino Unido, durante los años setenta, se estableció, entre varias leyes progresistas, la Ley de la Paga Igualitaria. Hombres y mujeres que desempeñaran los mismos trabajos tendrían que recibir el mismo pago.

A la par de esta ley se desarrollaron varias leyes en pro de la igualdad y la inclusión. 40 años después, nos dimos cuenta de que era momento de actualizar muchas de las cosas planteadas y se creó Equality Act o la Ley para las Igualdades, que hacía de todas estas leyes distintas una sola. Con esta nueva ley, se formalizó el Ministerio para las Igualdades (Government Equalities Office).

Uno de los experimentos que han derivado de esa ley nueva fue el de preguntarnos “¿qué pasaría si conociéramos la brecha salarial de nuestro país?”.  Nos pusimos el objetivo de hacer precisamente eso: combatir la brecha salarial de género con base en evidencia y para hacerlo, tendríamos que primero reportarla y transparentarla. Desde el 2017, todas las organizaciones en el Reino Unido de más de 250 personas, por ley, ya sean del sector privado o público, tienen que reportar su brecha salarial.

Usando la metodología del Ministerio para las Igualdades, que mide media y mediana y hasta considera bonos de altos mandos, hemos podido encontrar en qué sectores se concentran las brechas y conocer mejor cuáles son las diferencias entre lo que ganan hombres y mujeres. Migrar de un modelo en el que se toma en cuenta la paga por el mismo trabajo a uno en el que se compara no sólo el salario sino el valor del trabajo hecho, nos ha abierto a nuevos hallazgos. Por ejemplo, las causas reales de las brechas. No sólo es que los sectores tienen sesgos de género, sino que a veces, con cambios pequeños en las descripciones de empleos, los reclutamientos pueden cambiar.

El pasado viernes 18 de septiembre se celebró el primer Día Internacional de la Igualdad Salarial. La Coalición Internacional por la Igualdad Salarial (EPIC, por sus siglas en inglés) marcó este día y aquí en México también lo conmemoramos con eventos ese día y hoy 21 de septiembre desde la Embajada. Con nuestra labor diplomática, buscamos compartir los hallazgos que Reino Unido ha tenido en los últimos años y buscaremos no sólo compartir estas experiencias sino colaborar con el gobierno de México para tener un piloto de reporte de brecha salarial de género en México.

El primer paso para combatir cualquier problema es conocerlo. Para poder conocerlo, tenemos que medir y reportar nuestras brechas. Nos falta mucho trabajo en el Reino Unido y en México, pero estoy segura (y orgullosa) de que juntas lo lograremos.

                Espero sus comentarios en 
                london.eye@fcdo.gov.uk y a través de Twitter:
                @UKinMexico y @CorinRobertson.

                *Embajadora del Reino Unido en México

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