Guardianes

Por Adrián Ruiz

Con obvias reminiscencias a filmes hollywoodenses como Guardianes de la galaxia, Avengers, Los cuatro fantásticos o X-Men, llega este filme ruso con buenas intenciones, pero sólo eso. Una organización ha reclutado y creado un escuadrón de sujetos con poderes peculiares en plena Guerra Fría. Procedentes de diferentes periplos, exiliados y considerados como sobrevivientes, estos personajes se verán obligados a utilizar sus habilidades especiales y luchar por una causa, todo bajo la supervisión de una rubia, el equivalente a Nick Fury, en esta travesía.

De corta duración, 88 minutos, pero con bastantes huecos argumentales y poderes insulsos como un monje capaz de controlar piedras, una chica con la habilidad de volverse invisible sólo en el agua, un ninja súper rápido, que deja una estela de humo a su paso y un hombre con capacidad de transformarse en hombre lobo, al estilo Hulk, son algunos elementos con los que se pretende cautivar. El gran problema del filme es que, pese a contar con buenos efectos de CGI, a excepción del hombre lobo, es que el filme se toma demasiado en serio su misión de ser un blockbuster, que se descuida por completo del guión, a su vez, el sentido del humor tampoco llega a cuajar y todo va desmoronándose poco a poco.

En gran medida el filme peca de inocente, los personajes principales jamás llegan a desarrollarse del todo, difuminando el interés, y para rematar el villano es bastante desangelado; al igual que los héroes en cuestión, sus poderes son poco llamativos. Pese a tener un inicio explosivo, cargado de canciones pop, y una presentación llamativa de personajes, durante los cuatro primeros minutos la película en su totalidad no tiene ninguna habilidad sobrenatural, ni algo que la haga única e inolvidable, con todo y que se promete una segunda parte.

DIRIGE

 Sarik Andreasyan.

Actúan

 Sanzhar Madiyev, Alina Lanina, Sebastien Sisak y Anton Pampushnyy.