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Basta de las agresiones

Juan Carlos Cuéllar

Juan Carlos Cuéllar

“A ningún tonto le amarga un dulce”, “gracias y buen trato, valen mucho y cuestan barato”, “es de bien nacidos ser agradecidos”, dicen algunos de los coloquiales refranes que muchos señalan como sabiduría popular. Y los traigo a colación por el nuevo incidente de agresión y prepotencia de Eduardo Yáñez, a quien ya se le hizo costumbre amedrentar a quien se atreve a comentar algo que no le gusta. 

Y digo que ya se le hizo costumbre porque han sido constantes los maltratos hacia los reporteros; a quien se le olvida que son el vínculo para que el público se entere de lo que hace, que, por cierto, no es mucho.

Porque es cierto que ha sido protagonista de importantes telenovelas que incluso han trascendido fuera de nuestro país, pero que ha sido gracias a un trabajo de equipo y no de él solo. Hay que recordar que intentó destacar en producciones estadunidenses y la verdad es que no le fue nada bien. Pero, sin importar si es reconocido o no, lo que nunca será permitido son las agresiones y los malos tratos.

Ahora se han hecho públicas dos agresiones a reporteros. Primero, un golpe a un reportero en una alfombra roja y,  recientemente, fueron los insultos, amenazas y aventones al micrófono de otro periodista mexicano (Gabriel Cuevas) en el Aeropuerto de la Ciudad de México. Y todavía se atreve a decir que no valoran que hizo el favor de detenerse a contestar para que, en cambio, le pregunten idioteces (por cierto, en este caso, el cuestionamiento era sobre su vida laboral). Por eso traje a colación los primeros refranes con los que inicié este espacio. Perdón, señor Yáñez, no está haciendo ningún favor al contestarle a los medios de comunicación, si no quiere hacerlo, métase en su casa, arregle sus problemas personales como tenemos todos y no se exponga a ser una imagen pública. Y digo imagen porque, para ser figura pública, se necesitan muchos méritos que usted no tiene.

Mis compañeros fotógrafos y reporteros que cubren las grabaciones de las telenovelas saben que si está de malas, como sucede normalmente, agrede a quien se atreve a acercarse o a tomarle una foto. En locaciones ya ha agredido a admiradores que se le acercan para pedirle un autógrafo. Sus argumentos son que está trabajando, que no es el momento y que, simplemente, lo molestan.

Ya basta de que nos sigamos exponiendo a sufrir agresiones. Los reporteros deberíamos ignorarlo y no acercarnos para preguntarle nada ni tomarle fotos. Para no “tropezar dos veces con la misma piedra”. Qué opinas:  escríbeme a @Jc_Cuellar en Instagram y Twitter.

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