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Nombres

Joselo

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CrockNICAS MARCIANAS

Antes de ver Rocketman no sabía nada de la vida de Elton John más que el dato de que su nombre verdadero es Reginald Dwight. Lo leí hace mucho tiempo, en alguna revista o en algún periódico, la nota decía: “Elton John jamás hubiera sido famoso usando su propio nombre”. Quién sabe, todo parece indicar que tienen razón, pero nunca lo sabremos. En la película le dicen a un Reginald muy joven una frase que reza más o menos así: “No se trata sólo de cambiarte el nombre, tienes que enterrar la persona que eres y convertirte en eso que quieres ser.”

Reginald Dwight no fue el primero que lo hizo, ni será el último. Vivimos en un mundo donde las palabras son mágicas, los nombres también. Hay algunos nombres que definen la vida de las personas que los portan. Por eso Alejandro Jodorowsky, en sus sesiones sicomágicas, les recomienda a las mujeres llamadas Martirio, Dolores o Inmaculada cambiarse el nombre. Les dice que eso ha afectado su vida sexual, su relación con el mundo. Hay quienes no creen en la sicomagia, así que no sabemos si es verdad.

Lo que sí sabemos es que Robert Zimmerman se cambió el apellido por el nombre de un poeta que admiraba, Dylan Thomas. También sabemos que Bob Dylan, durante mucho tiempo, contaba cosas de su infancia que resultaron no ser ciertas: que anduvo en un circo, con gitanos. Creó un personaje mucho más interesante que el que realmente era. En sus inicios había quien lo criticaba por imitar, copiar, a Woody Guthrie. Bob Dylan se armó a sí mismo utilizando las piezas que había a su alrededor. Claro, todo esto —otro nombre, inventar su historia— es sólo un aderezo a las magníficas canciones que ha compuesto a lo largo de toda su vida. Tal vez no importaría el nombre con el que se hubiera presentado, ¿o sí?

Zimmerman es un apellido judío. Muchos judíos en Norteamérica cambiaron su apellido al llegar de Europa. Así, por ejemplo, la pareja mítica de los cómics de Marvel, Stan Lee y Jack Kirby, en realidad se llamaban Stanley Lieber y Jacob Kurtzberg. Este cambio de nombre era una forma de adaptarse a la cultura americana, ser incluido, evitar la segregación. Quizá es diferente, cambiarse el nombre para protegerse, para sobrevivir en un mundo despiadado, pero, de alguna forma, es buscar el éxito mediante un nombre que no es el tuyo.

El nombre también define de dónde vienes, quienes han sido tus ancestros. El verdadero nombre de Freddie Mercury era Farrokh Bulsara, denotando claramente su origen hindú. Cambiarte el nombre es romper con el pasado. Pero parece que de eso se trata: quemar las naves.

Quien no tuvo que cambiarse el nombre fue Elvis Presley. Su nombre no era nada común y ya tenía gancho. Sam Phillips, dueño y productor de Sun Records, lo descubrió, estaba buscando a alguien como Elvis, el ser humano en quien se fusionaran la cultura blanca con la negra. Elvis fue el primer rockstar y su nombre no tuvo que ser cambiado ni su historia. Lo que vemos es lo que hay.

Cuando pienso en el nombre de los integrantes de The Beatles me entra una duda muy grande. ¿Realmente es necesario buscar un nombre artístico? Tal vez al escucharlos en inglés los nombres no nos suenan tan comunes, pero si los traducimos al español nos encontramos con Juan, Pablo, Jorge y Ringo. Claro, el único que se cambió el nombre fue Richard Starkey. Si no lo hubiera hecho serían Juan, Pablo, Jorge y Ricardo. Y con esos nombres son el grupo más famoso de la historia.

De haber surgido en la actualidad, creo que Elton John hubiera preferido salir con su nombre verdadero, Reginald Dwight, pues suena más interesante e incluso la difícil pronunciación juega a su favor. Pero todas son especulaciones, por eso no creo que existan fórmulas para alcanzar la fama, lo que existe es el talento en cada ser humano y es responsabilidad de cada quien el explotarlo o no.

Así que ya sabes: si necesitas cambiarte el nombre, hazlo ya.

 

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