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El suicidio del anayismo

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

 

Si existía alguna posibilidad de que el entorno de Ricardo Anaya pudiera legitimarse en el control del PAN, la misma se perdió el fin de semana pasado, cuando Damián Zepeda, se autodesignó coordinador del Partido Acción Nacional en el Senado renunciando a la presidencia del partido y colocando en ella a otro oscuro militante, Marcelo Torres, quien fungía como secretario general y se convirtió en el presidente interino, quien a su vez designó a Anaya.

Todo en cuestión de minutos y sin informarle a nadie de la dirigencia del partido. Burdo. Es la misma “estrategia” del sabadazo utilizada para expulsar a Ernesto Cordero y Eufrosina Cruz, en su caso a unas horas de la elección federal: claro “no tenían nada importante en qué ocuparse”, como me dijo Cordero.

Ha sido la gota que colmó el vaso. La reacción de los demás sectores del PAN ha sido, sencillamente, de indignación. El lunes los gobernadores panistas Antonio Echevarría, de Nayarit; Carlos Joaquín González, de Quintana Roo; Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur; Francisco García Cabeza de Vaca, de Tamaulipas; Francisco
Domínguez
, de Querétaro; José Rosas Aispuro, de Durango; Martín Orozco, de Aguascalientes; Antonio Gali, de Puebla, y el gobernador electo de Yucatán, Mauricio Vila,  así como también, el influyente senador con licencia, Roberto Gil, se pronunciaron en contra de la autodesignación de Zepeda y decidieron impulsar para la dirigencia del partido a Héctor Larios, como candidato a presidente y a Rafael Moreno Valle, como secretario general.

De los gobernadores panistas que no participaron en el acuerdo fueron Miguel Yunes, de Veracruz, ya de salida; Francisco Vega, de Baja California, donde habrá elecciones el año próximo, y Javier Corral, de Chihuahua. Miguel Márquez, de Guanajuato, podría sumarse al acuerdo de gobernadores.

La fórmula de Larios y Moreno Valle, con el aval de los gobernadores y de Gil, para muchos era una de las mejores opciones para dirigir el PAN, lo que intenta es volver a nuclear a ese panismo que quedó desplazado por el grupo de Anaya y que ahora ve cómo, al intento de imposición de Marko Cortés como candidato a la presidencia del partido, se sumaba la autodesignación de Zepeda al Senado.

Larios es un respetado político panista de toda la vida, con amplia experiencia partidaria y legislativa, con buena relación con muchos sectores del partido. Moreno Valle representa una fuerza emergente en el PAN, fortalecida por el triunfo en Puebla.

El apoyo de los gobernadores a esa fórmula tendría que garantizarles la victoria, pero quién sabe si es así. La actual dirigencia anayista se ha quedado con la organización de la elección y con el padrón de militantes y todos sus datos, algo que no tiene ninguno de los otros potenciales contendientes.

Apenas en el fin de semana, antes de que se conociera la autodesignación de Zepeda, el expresidente Felipe Calderón, divulgó en redes sociales que recibió una llamada haciendo proselitismo para Cortés. “Además de las mentiras que dicen, se preguntó Calderón, ¿por qué este corrupto tiene el padrón del PAN con domicilio, correo y teléfonos y ningún otro aspirante lo tiene? Una prueba más de la inequidad y falta de democracia interna que está matando al PAN”.

Explicó que al cuestionar a la mujer que lo llamó sobre cómo habían obtenido sus datos, la telefonista le dijo que se encontraba en la base de datos de los militantes del PAN. Y que por eso lo llamaba. El hecho es que, como dijo Calderón, nadie más tiene esa “base de datos” y ya están haciendo proselitismo para Cortés, un anayista que ahora que busca el liderazgo del partido descubrió que, en realidad, él nunca estuvo de acuerdo con que el PAN se integrara al Frente. En fin.

En términos políticos, el anayismo se ha suicidado con la autodesignación de Zepeda, los intentos de imponer a Marko Cortés y de dejar fuera a los demás sectores del partido. Si llegan a imponerse se quedaran con el edificio y las siglas del PAN, también con el dinero y el peso de la derrota, pero sin la base, los gobernadores y buena parte de la militancia.

EL REGRESO DE NAPOLEÓN

Napoleón Gómez Urrutia llegó a México, fue a la Cámara de Senadores, se inscribió como senador y dará mañana una conferencia de prensa. Si había acciones legales pendientes, nadie las ejecutó, tendrá fuero desde el primero de septiembre y ya delineó, incluso, la agenda política que impulsará desde la Cámara alta. Y será un factor de peso. Hay que recordar un punto: no tiene una relación personal con López Obrador, pero fue quien lo conectó con Jeremy Corbyn, líder laborista británico (cuya esposa es mexicana) que tiene una estrecha relación con el sindicato minero de su país (fue durante años abogado laboral) y por esa vía con Gómez Urrutia.

De esa forma entró en contacto Corbyn con López Obrador, una de las pocas relaciones personales en el ámbito internacional del Presidente electo. Como Elba Esther, Napoleón ya está de regreso en la política nacional después de 12 años en Canadá.

Hablando de senadores, ayer vieron a Martí Batres, quien presidirá la Cámara de Senadores, con el nuevo coordinador de los senadores del PRD, Miguel Ángel Mancera, compartiendo un café. Dicen que compatibilizando temas de la agenda legislativa.

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