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El Chapo pierde, el cártel sigue

Jorge Fernández Menéndez

Jorge Fernández Menéndez

Razones

En el juicio contra El Chapo Guzmán en Nueva York sí hubo irregularidades. Es imposible en esta época pretender, por ejemplo, que los jurados no estuvieran enterados de las acusaciones e historias que involucraban al Chapo Guzmán. No en vano hasta su detención y extradición a los Estados Unidos, El Chapo era el personaje más buscado del mundo por las agencias estadunidenses.

Lo cierto es que la ratificación del juzgado de apelaciones sobre la cadena perpetua a Guzmán Loera era absolutamente previsible y quizás el intento principal de sus abogados, también abortado por la decisión judicial, era liberalizar un poco las condiciones de detención de El Chapo recluido en la cárcel de máxima seguridad de Florence en Colorado, la más estricta de todo el sistema penitenciario estadunidense.

Ya desde el veredicto del jurado de la corte de Brooklyn que consideró a Joaquín Guzmán Loera como culpable de todo tipo de delitos, la sentencia era previsible. La Fiscalía de Nueva York presentó decenas de miles de pruebas, testimonios de 56 personas, muchos de ellos testigos colaboradores, que habían sido parte fundamental de la estructura del cártel de Sinaloa en México y en Colombia, y todo orquestado además con un guion digno de Hollywood, logrando entremezclar desde las acciones de más cruel violencia, hasta con el despecho de amor de una examante. 

En el juicio original la defensa sólo podía jugar una carta: desacreditar testimonios, testigos, hablar de corrupción en México o tratar de demostrar que Ismael El Mayo Zambada era en realidad más importante que El Chapo, pero ante pruebas tan abrumadoras era imposible otro veredicto que el de la culpabilidad y la condena a cadena perpetua. Nada de eso ha cambiado con la apelación resuelta ayer. Pero tampoco nos engañemos, más allá de la ratificación de esta sentencia y de que El Chapo era y es responsable de innumerables delitos, lo cierto es que el Cártel de Sinaloa sigue operando bajo el liderazgo de Ismael El Mayo Zambada y otros personajes, entre ellos los hijos de El Chapo. El famoso narcotraficante, recluido e incomunicado en la cárcel de Florence, es ya un personaje del pasado. Según cifras oficiales, el Cártel de Sinaloa, por ejemplo, introdujo en 2020 a la Unión Americana un 37 por ciento más de heroína y fentanilo que el año anterior, con pandemia incluida.

La red del narcotráfico en México y Colombia en la época de El Chapo quedó develada hasta en detalles. En realidad no se dijo casi nada que no se supiera o intuyera, desde las formas de ingreso de las drogas, hasta la operación y comunicación cotidiana de El Chapo y del cártel en general, pasando por la vida amorosa del capo. Sólo un tema no se tocó: el narcotráfico y las redes de esas organizaciones en Estados Unidos. En el juicio sólo aparecieron como testigos dos operadores mexicanos de El Chapo en Chicago que se convirtieron en testigos protegidos. Pero, incluso ellos no pudieron hablar sobre cómo opera el tráfico de drogas y las redes que lo manejan en Estados Unidos. Ese fue un tema vedado por la fiscalía y la defensa. Tampoco se pudo tocar en la apelación.

Pese a que se ha hablado y mucho sobre los miles de millones de El Chapo (¿recuerdan cuando la fiscalía dijo que obtuvo ganancia ilegales por unos 14 mil millones de dólares y el entonces presidente Trump aseguró que con ese dinero se pagaría el muro en la frontera?) lo cierto es que hasta ahora, que se sepa, no se le han incautado recursos significativos a Guzmán Loera, ni de éste ni del otro lado de la frontera. Claro que ha habido incautaciones de dinero en operativos, que el departamento del Tesoro ha puesto en sus listas Kipling a algunos narcotraficantes, sus familiares y operadores, pero la verdad es que no hemos sabido qué pasó con el dinero de El Chapo, ni siquiera sabemos con qué paga a sus abogados, mucho menos cuáles son sus negocios “legales” o sus lavadores. Quizás la colaboración de Emma Coronel haya podido dilucidar algunos de estos temas. Pero siempre son mirando al pasado. Hoy el cártel de Sinaloa ya no es el que encabezó hace unos años El Chapo Guzmán.

Que El Chapo continúe sus días en una cárcel de máxima seguridad en Colorado es un logro para la justicia estadunidense, pero ello no acaba con la que fue su organización criminal, hoy completamente transformada, con un liderazgo fuerte como el de Ismael El Mayo Zambada, pero operando, siempre ha sido así, más que como un cártel como un holding, como mandos horizontales y varios grupos con amplios márgenes de autonomía operativa. Hoy el Cártel de Sinaloa, con o sin El Chapo en prisión, sigue siendo la principal organización criminal del país.

 LOS SENADORES DE MORENA

29 senadores se oponen a investigar los casos de violencia e inseguridad en Veracruz, a través de la comisión surgida con la detención del secretario de la Junta de Coordinación Política, Juan Manuel del Río Virgen, que Ricardo Monreal y otros senadores consideran una venganza del gobernador Cuitláhuac García.

Lo cierto es que esto también parece inscribirse en la lucha sucesoria, porque mientras 56 senadores apoyan a Monreal, casualmente esos 29 senadores que rechazan la comisión, son cercanos a la jefa de Gobierno capitalino. En el camino lo que parece olvidarse es el derecho de las víctimas, que es lo que trata de garantizar esa comisión.

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