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México no es el mundo

Jorge Camargo

Jorge Camargo

 

Si el gobierno de Morena cree que la relación con Estados Unidos podrá sobrellevarla con banderitas blancas, los departamentos de Estado y de Comercio le acaban de demostrar que los tres años que le quedan al sexenio no serán un día de campo, por decir lo menos; y que buscarán ser un factor de contención regional, especialmente porque en círculos académicos del “otro lado” se tiene la creencia de que los ataques de Donald Trump son bien recibidos de “este lado”.

La recreación de la narrativa romántica-setentera que coloca a EU como la acción de un conjunto de intereses “imperialistas e injerencistas” que amenazan a un México independiente, hará que Morena calcule mal su futuro, incluso electoralmente.

La razón consiste en que usar ese recurso para construir una narrativa interna que mueva al electorado y a su base, no sólo distanciará la posibilidad de diálogo con la administración de Biden, sino que además, la dirigencia morenista, de Mario Delgado, afecta el futuro de quien despacha en una alta oficina de la Cancillería y es su jefe real. No se para de mandar deslindes desde esa oficina.

Si bien esta visión de la “injerencia imperialista” es caduca, en los hechos el exterior sí constituirá una contención al gobierno de Morena. Hoy vivimos en un mundo donde las fronteras son poco perceptibles, las ciudadanías son difusas y los mercados mundiales tienen más poder sobre las economías locales, su efectividad o su riesgo.

México no puede sustraerse a ello por múltiples razones, pero las más significativas son que sus gobiernos, pasados y el presente, han aceptado sumarse a los tratados comerciales, que incluyen una serie de reglas, en cuyo diseño los negociadores mexicanos, incluidos los de Morena, participaron y, al menos hasta el momento, no se ha anunciado el cese de relaciones comerciales con algún país, aunque sí intentar jugar con otros jugadores, lo que se percibe como un factor de poca confiabilidad con sus socios comerciales del norte.

Los tratados comerciales, hoy en día, no se circunscriben sólo a transacciones, sino que implican que los socios garanticen condiciones de sostenibilidad, democratización, igualdad, no violencia, ni de género ni por omisión de combate al crimen organizado y, por supuesto, militarización de su estructura. En todo, México da pasos atrás.

Un ejemplo de esta contención es el siguiente. Los países que integran la Unión Europea han puesto en operación el llamado Pacto Verde, que implica la eliminación acelerada de energías contaminantes y la disminución de la llamada “huella de carbono” de los países y sus industrias.

El pacto establece claramente que no podrá comerciarse con economías que usen combustibles sucios, lo que implica su aislamiento, al menos en la Eurozona. Países como el nuestro se irán quedando sin importunidades de comerciar y por tanto de generar riqueza interna.

Estados Unidos y Canadá han anunciado una ruta similar, ante lo que México responde de manera errática. A veces quiere jugar y a veces no. Uso otro ejemplo para mayor claridad:

El año pasado emitió un bono verde soberano por 750 millones de euros para financiar proyectos sustentables vinculados a la llamada Agenda 2030 contra el Cambio Climático de la ONU. Usted dirá, bueno eso es una buena noticia.

Y tiene razón en creerlo, pero la mala noticia es que, contradictoriamente, el mismo gobierno está usando su mayoría artificial en el Congreso para frenar todas las inversiones a las energías limpias o verdes. La luz que usted recibirá en su casa no sólo causará un terrible daño al ambiente puesto que provendrá del combustóleo, sino que también afectará su salud, la de sus hijos y la de los hijos de sus hijos, que constituye un derecho humano.

Concluyendo. Se juega o no se juega. Pero el mundo, que no es México, va a contener al gobierno de Morena en los tres años que le resta.

El informe del Departamento de Estado de EU sobre los derechos humanos, recientemente publicado, para fines de análisis de organizaciones no gubernamentales y entidades supranacionales, evidencia ante el mundo lo que la administración de Morena teme tanto: que tolera la violación sistemática de los derechos humanos, propicia la violencia contra la libertad de expresión y avanza en militarización.

La respuesta oficial fue atacar a la prestigiada organización Artículo 19 que trabaja por la protección de los periodistas y la libertad de expresión. Morena se mostró como lo que es: intolerancia, ideologización y violencia política.

A mis amigos cristianos y judíos, un abrazo fraterno y que los corazones se unan en la  construcción de un mundo mejor.

 

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