El iceberg llamado ideología

¿Qué pasó? Pues que justo los tripulantes del Titanic llamado México decidieron volarlo en pedazos antes de esquivar el iceberg de la iniciativa climática de Estados Unidos. La reforma al sistema eléctrico y otras acciones han dejado ver la verdadera intención de Morena que sus electores ni imaginaron: expropiaciones, directas e indirectas, afectar los derechos humanos, violar la Constitución justo en su aniversario y acabar con el sistema democrático.

Vayamos por partes. En la entrega pasada, equiparábamos a México con el Titanic porque cree que puede navegar por el mundo creyendo que el derecho internacional no existe ni compromisos como la lucha climática, el T-MEC, Acuerdo de París, etcétera.

Nos preguntábamos si la tripulación de Morena sería capaz de evadir el iceberg, porque las grandes

embarcaciones tienen, como las aeronaves, cartas de navegación y rutas que deben seguir so pena de crear una catástrofe.

La iniciativa preferente de reformas a la Ley de la Industria Eléctrica enviada por Morena al Congreso no tiene sentido. Me explico: quien la redactó sabía que viola la Constitución en sus artículos 25, 27 y 28, desde el principio, y que será llevada a juicio.

Si se hizo intencionalmente, entonces no queda más que suponer que irá contra el orden jurídico nacional e internacional, violará todas las cartas de navegación, metafóricamente, y se estrellará contra Estados Unidos y los países que integran la Unión Europea.

Éstas son las señales que manda Morena a sus electores y al mundo:

Uno, la Constitución nacional no es nuestra guía, aunque hayamos protestado guardarla y hacerla guardar, y si la podemos obviar, mejor. Dos, no importa que la salud de los mexicanos sea afectada por la contaminación ambiental y tampoco que paguen más por energía sucia. Tres, no queremos inversiones extranjeras en energías más baratas.

La Segunda Sala de la Suprema Corte declaró inconstitucionales diversas disposiciones de la Política de Confiabilidad, Seguridad, Continuidad y Calidad en el Sistema Eléctrico Nacional, dado que invadía competencias de la Cofece; propiciaba efectos que limitan la competencia económica y libre concurrencia en el mercado de generación y suministro de energía eléctrica, particularmente en lo que se refiere a las energías limpias intermitentes.

Además, declaró inconstitucional que el Cenace dé prioridades en el despacho y, por lo que hace a la CRE, no puede emitir dictámenes de viabilidad de interconexión, como lo autorizaba la Secretaría de Energía.

Se trata de un poderoso mensaje a los mexicanos de que la Constitución quiso ser burlada, defraudada. Yo no sé a usted, pero a mí me preocupa que una voluntad quiera afectar lo único que le da viabilidad a esta nación: su Constitución, y justo hoy que la estamos celebrando, la queremos violentar con esa iniciativa.

Morena quiso adelantarse para superar la resolución presentando esta reforma. Pero lo hizo mal.

El CCE afirma con cierta razón que las reformas implicarían expropiaciones indirectas. Lo que queda claro es que la Constitución debe ser defendida por todos, porque son las reglas del juego que los mexicanos construimos.

Al leer la exposición de motivos de la propuesta de reformas, podemos ver una motivación ideológica contra el actual sistema económico. Por ello, vendrán acciones de inconstitucionalidad, controversias constitucionales y amparos de ciudadanos, organizaciones y empresas. Ya la Segunda Sala de nuestra Corte dictó criterios de valoración para los jueces de la democracia.

A Morena no le preocupan las apariencias; eso es positivo, porque sus electores pueden ver por quién votaron y de lo que es capaz. El gobernador de Baja California, Jaime Bonilla, anunció que, justificado en una encuesta sin rigor, podría expropiar un club de golf de personas de altos recursos.

Expropiación es la palabra que el candidato de Morena a la presidencia, hoy titular del Ejecutivo, exorcizó de su discurso para convencer a empresarios nacionales y extranjeros que no era como el finado, al fin humano, Hugo Chávez.

Más grave es que a Morena no le inmuta que a las mujeres, como a Mariana Sánchez, y a las niñas en nuestro país las maten con toda impunidad.

¿Qué acaso a los mexicanos, vergonzosamente, nos dejó de indignar que maten a nuestras madres, hijas, compañeras y que este gobierno no haga nada? Qué pena como sociedad, qué omisos y cómplices somos. Ni siquiera un llamado a la acción.

La mal llamada Cuarta Transformación persiste en afectar los órganos que nos permiten vigilar lo que hace y tener elecciones limpias.