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La bicicleta: movilidad sustentable y segura

Jesús Sesma Suárez

Jesús Sesma Suárez

Ya he hablado en otros momentos sobre las grandes oportunidades de reflexión y transformación que se han generado en el marco de esta pandemia; una de ellas es el fomento de la bicicleta como medio de movilidad por excelencia, dentro de la Ciudad de México, que, bajo este contexto, representa la alternativa más segura y sustentable de transporte.

Cabe mencionar que ayer se conmemoró el Día Mundial de la Bicicleta y, justo en días recientes, como parte del plan de regreso a la Nueva Normalidad de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, se implementaron los primeros 12 kilómetros de la ciclovía emergente que se activan para que las personas puedan trasladarse a sus centros de trabajo de manera segura e individual, a fin de evitar aglomeraciones en el transporte público.

El primer tramo va sobre la avenida Insurgentes, desde el Eje 8 hasta Álvaro Obregón; el segundo, que se activará una vez que el semáforo epidemiológico cambie de color rojo a naranja, contempla la ampliación hacia el norte con un total de 40 kilómetros y correrá de San Simón hasta la Villa Olímpica; y en esa misma condición se generará la ciclovía bidimensional, paralela a la línea 2 del Metrobús, sobre el Eje 4 Sur, que irá de la estación Parque Lira a la estación Rojo Gómez, con una extensión de 14 km.

Bueno, ¿y qué es lo más destacable de esta ciclovía emergente? Desde mi punto de vista, la importancia radica en que, por primera vez, el uso de la bicicleta se privilegia como medio de transporte dentro de la CDMX. Tan es así, que se ha confinado un carril para este medio de transporte dentro de una de las avenidas más emblemáticas de la ciudad.

Asimismo, se contempla al oriente de la ciudad para la implementación de ciclovías o vías de movilidad no motorizada, lo cual es significativo, pues se atiende una zona de la ciudad en la que no se había generado infraestructura para ciclistas.

Y aún más importante lo es que este proyecto emergente de movilidad nos dará las bases para reconsiderar la forma en la que nos trasladamos dentro de la Ciudad de México, la más congestionada y con mayor tránsito del país.

Y es que de acuerdo a un estudio de la empresa Sin Tráfico, que ofrece servicios de consultoría sobre de movilidad en México, la velocidad promedio que se alcanza movilizándose en bicicleta, que oscila entre los 20 y 29 km/h en un terreno plano para un ciclista convencional, es mucho mayor que la velocidad que alcanzan los automovilistas en zonas como Polanco, que de lunes a viernes, con un 70% de congestionamiento, los vehículos se mueven a 15 km/h y a 4 km/h en horas pico. Aunque, irónicamente, es una de las zonas con más ciclovías.

Pero el congestionamiento vial, en origen, no es sólo responsabilidad de los automovilistas, pues durante muchos años la Ciudad de México ha sido pensada para la movilidad en automóvil o vehículos de motor, sin considerar que sus características orográficas ofrecen una gran ventaja para el transporte en dos ruedas.

La pandemia nos ha hecho tomar en cuenta la bicicleta como medio de transporte para que las personas puedan tener un viaje seguro y disminuir el riesgo de contagio ante el covid-19, sin embargo, es momento de considerar este proyecto o uno muy similar para su implementación de manera permanente, considerando que este medio de movilidad permitirá reducir la cantidad de vehículos en ciertas zonas, descongestionar el transporte de pasajeros y, por otro lado, en temas de salud, incentivar un estilo de vida saludable en un país en que las enfermedades cardiovasculares y la vida sedentaria tienen tan alta incidencia en la población.

La avenida Insurgentes es una gran alternativa, pues cruza la ciudad de sur a norte, conectando con diferentes ciclovías, lo que ofrece una gran ventaja para la movilidad. Es momento de cambiar el paradigma, de reconstruirnos como personas y nuestro ir y venir, así como los medios para movilizarnos en la vida cotidiana, mediante opciones más sustentables y seguras.

Por todo ello, no me cabe la menor duda de que, con un buen programa de educación vial dirigido a toda la sociedad (ciclistas, choferes de vehículos automotores en general y transeúntes), la bicicleta se convertirá en el medio de transporte (sustentable y seguro) por excelencia.

 

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