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Paridad y reelección legislativa

Javier Aparicio

Javier Aparicio

Uno de los aspectos de las recientes elecciones federales que no ha recibido suficiente atención fue el hecho de que, por primera vez, pudimos observar la interacción del principio de paridad de género en las candidaturas legislativas con la reelección para estos cargos.

Como sabemos, la paridad de género en candidaturas legislativas es una obligación constitucional de los partidos políticos desde la reforma política de 2014, mientras que la posibilidad de buscar la reelección —aprobada en esa misma reforma— entró en vigor de manera desfasada. En este sentido, el ámbito local lleva la delantera al ámbito federal puesto que, en la mayoría de las entidades, la reelección legislativa y municipal se observaron por primera vez desde 2018 —y este año observamos su segundo ciclo—.

Vayamos por partes y volvamos al ámbito de las 300 diputaciones federales elegidas por el principio de mayoría relativa. Si bien es cierto que la asignación por representación proporcional no se ha realizado aún, cabe recordar que las listas de los partidos son paritarias desde 2009.

¿Qué efectos ha tenido la paridad de género en candidaturas en la conformación de los Congresos? En 2009, cuando la cuota de género era de 40% pero tenía sendas excepciones, las mujeres consiguieron 52 triunfos uninominales (apenas 17.3% de los 300 distritos). En 2012, cuando la cuota de género se mantuvo en 40%, pero sin excepciones, las mujeres obtuvieron 91 curules (30.3 por ciento). En 2015, ya con paridad en candidaturas, las mujeres ganaron 117 curules de mayoría relativa (39 por ciento). En 2018, esta cifra llego a 141 distritos (47 por ciento). Pues bien, en junio pasado, las mujeres ganaron en 148 de los distritos de mayoría relativa (49.3%), por lo que la próxima Legislatura será la más paritaria de nuestra historia. Se dice fácil pero, entre 2009 y 2021, los triunfos de mujeres en distritos de mayoría relativa prácticamente se triplicaron al pasar de 52 a 148 curules. La brecha de género que por años observamos en diputaciones de mayoría relativa parece haber desaparecido.

Ahora bien, ¿qué resultados observamos en cuanto a la reelección legislativa? Según los registros de la Cámara de Diputados, 169 legisladores pudieron buscar la reelección por el principio de mayoría relativa y, de entre ellos, 113 la consiguieron. Esto quiere decir que dos tercios de los diputados que intentaron buscar la reelección tuvieron éxito
—una ventaja considerable para quienes ya ocupaban estos cargos—. Por otro lado, puede decirse que en 37.6% de los 300 distritos del país habrá diputados reelectos. Cabe mencionar que esta proporción no es muy distinta a las observadas en el continente latinoamericano, y es acorde a tanto a las características de nuestro sistema electoral mixto, como al papel que juegan las cúpulas partidistas al decidir quiénes pueden reaparecer o no en las boletas electorales.

¿Qué resultados tuvieron las diputadas uninominales que buscaron la reelección? ¿Tuvieron mejor o peor suerte que sus contrapartes hombres? De las 113 diputaciones que consiguieron la reelección, 59 triunfos fueron para mujeres y 54 para hombres: es decir que 52% de quienes repetirán en sus cargos de mayoría relativa en la próxima legislatura serán mujeres. Visto desde otra perspectiva, 59 de las 148 diputadas ganadoras fueron reelegidas en sus cargos (39.8%), mientras que entre los diputados esto ocurrió en 54 de 152 casos (35.5 por ciento).

Este resultado es de gran relevancia, puesto que sugiere que la reelección consecutiva no resultó ser un obstáculo para el avance en la representación política de las mujeres en el Congreso. Por otro lado, el que la tasa de éxito en la reelección de mujeres haya sido mayor que el de los hombres pone en duda muchos cuestionamientos que éstos han hecho a aquellas. Ojalá que la experiencia legislativa de estas 113 diputadas y diputados se haga notar en la próxima Legislatura.

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