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Recordar el olvido

Gerardo Galarza

Gerardo Galarza

La estación

Tres décadas pueden ser mucho o poco tiempo, según para quién y para qué. Un máximo de treinta años, tendrán 25 millones 698 mil 468 mexicanos que deberán votar en julio de 2018, en la elección presidencial. Ellos son los mexicanos que nacieron en 1988. Son el 29.43% del Padrón Electoral al corte del 16 de junio de 2017. Si a ellos se les suman los nueve millones 547 mil 194 empadronados que hoy tienen entre 30 y 34 años de edad, ese porcentaje asciende a 40.36% del padrón. Los votos de esos jóvenes mexicanos son más que suficientes para otorgar el triunfo a cualquier candidato presidencial, que hoy no imagina siquiera obtener ese porcentaje de votación.

Hace 29 años, por estas fechas, los nombres de los políticos que llenaban los espacios de los medios de información eran los de Carlos Salinas de Gortari, Cuauhtémoc Cárdenas, Manuel J. Clouthier, Manuel Bartlett, Jorge de la Vega Domínguez, Luis H. Álvarez, Heberto Castillo y Gilberto Rincón Gallardo, entre muchos otros.

Esos nombres y, por encima de todo, sus historias políticas, poco o nada dicen a la mayoría de esos 35 millones 245 mil 662 jóvenes, quienes podrán votar el próximo año. Un apetitoso banquete. Por eso hay quienes apuestan al olvido.

Contra lo que hoy pregona el senador Manuel Bartlett Díaz, el miércoles 6 de julio de 1988 se cayó y se calló el sistema de cómputo (en realidad eran dos) de la Comisión Federal Electoral (CFE), que él presidía en su calidad de secretario de Gobernación, de acuerdo con la ley y con su presencia y actuación en el salón Revolución de esa dependencia. La CFE era el equivalente al Instituto Nacional Electoral (INE). Aquella era una dependencia controlada por el gobierno federal, legalmente encargada de organizar todo lo referente a las elecciones en México, mediante 32 facultades expresas que la ley le confería.

Para esa elección presidencial, la CFE dispuso de dos sistemas de cómputo: el del Registro Nacional de Electores (RNE), que encabezaba José Newman Valenzuela, y el de la Dirección de Servicios de Información del Proceso Electoral, de Óscar Lassé. Al primero, tenían acceso los partidos políticos contendientes y ésa era la primera vez que habría resultados en tiempo real (lo que sería el antecedente de lo hoy conocido como PREP). Y se cayó. Poco después de las 18 horas de ese 6 de julio, los comisionados de los partidos políticos fueron informados de la caída del sistema del RNE.  Y más: el sistema de cómputo de Lassé se calló. Bartlett quiso tranquilizar a los comisionados de los partidos: “La información comenzará a fluir, no se impacienten”, dijo, y decretó un receso hasta las 22 horas.

A eso de las 21:45 horas, los candidatos Cárdenas, Clouthier y Rosario Ibarra, acompañados por decenas de simpatizantes, llegan a la Secretaría de Gobernación para entregar un documento titulado Llamado a la legalidad, firmado por ellos, en el que decían: “…hoy se ha puesto en evidencia la determinación del grupo gobernante de consumar una imposición a despecho de la voluntad popular”. “No prejuzguemos”, respondió Bartlett, después de oír la lectura del documento.

En el salón Juárez, Bartlett  intentó explicarles la caída y el silencio de los sistemas de cómputo. Dijo que, el primero, estaba basado en 160 líneas telefónicas que se congestionaron y, el segundo, en otras 300 líneas que se estaban preparando para funcionar en ese momento.

A la medianoche, la CFE seguía en receso. A las 00.10 horas del jueves 7 de junio, los comisionados del PRI se retiraron. El sistema seguía caído. A las 01:35 horas de ese jueves, Jorge de la Vega, líder nacional del PRI, proclamó el triunfo “rotundo, contundente, legal e inobjetable” de Salinas de Gortari. A las 01:50 horas, Bartlett reanuda la sesión de la CFE. Informa de la visita de los candidatos opositores y los critica. Los sistemas seguían caído y callado.

Dice el hoy senador Bartlett que él no conoció las cifras de aquella votación. La CFE era, legalmente, responsable de todos los cómputos y, por lo tanto, de ellas. Y sí se las entregó a la Cámara de Diputados que, erigida en Colegio Electoral, las calificó en una sesión de inicio el jueves 8 de septiembre y concluyó la mañana del sábado 10 del mismo mes.

Esas cifras, las de los tres principales candidatos que la CFE entregó a la Cámara de Diputados fueron: Salinas de Gortari, nueve millones 641 mil 329 (50.46%); Cárdenas, cinco millones  956 mil 988 (31.12%), y Clouthier, tres millones 267 mil 159 (17.07%).

Hace 29 años, el próximo serán 30, no había internet ni páginas web ni memes ni redes sociales ni chats ni WhatsApp, pero hoy todavía hay hemerotecas, donde es posible recordar el olvido.

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