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Privacidad

Francisco Guerrero Aguirre

Francisco Guerrero Aguirre

Punto de equilibrio

Reaccionando a esta complicada realidad, en días recientes, Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, posteó que su plataforma se centraría en nuevos criterios de privacidad. De esa manera, la comunicación encriptada entre amigos será la base del futuro de operación de la firma.

Llama la atención este cambio, considerando que la red social ha defendido los beneficios de la comunicación abierta durante 15 años. El giro se da hacia una red basada en el modelo de WhatsApp.

Estamos experimentando una nueva era en la que los mensajes privados, las historias efímeras y los grupos pequeños son las áreas que más crecerán en la comunicación online.

Esta transformación viene precedida de múltiples críticas a una red social que en el pasado ha enfrentado escándalos políticos en materia de privacidad. Recordemos que las redes son el nuevo campo de batalla de las campañas electorales y que la regulación sobre su uso es un tema de debate inédito en muchas partes del mundo.

La nueva tendencia es que los usuarios digitales prefieren compartir sus datos en esquemas menos abiertos, razón que ha hecho crecer exponencialmente los mensajes directos a través de WhatsApp.

La propuesta de Zuckerberg busca construir nuevas formas de interacción, incluyendo llamadas, videochats, grupos, historias, empresas, pagos y una mayor actividad comercial.

Zuckerberg intuye que el negocio del futuro no serán anuncios en redes abiertas. Esos datos estarán trillados o, quizá, ya no podrán recogerlos por ley. Se busca un nuevo modelo donde las conexiones privadas sean el elemento central.

Además de WhatsApp, la otra gran plataforma de comunicación privada de la empresa, Messenger, también mejorará su presencia futura. La idea nodal es que versiones futuras de Messenger y WhatsApp se conviertan en las principales vías de comunicación en la red de Facebook.

El papel de Facebook será, aparentemente, similar al de ahora: una red pública donde la gente contará aspectos de su vida que específicamente quiere compartir con desconocidos. Pero Zuckerberg también quiere cambiar algo de ese modelo: la permanencia de la información.

“La gente quiere saber que lo que comparte no volverá más adelante para hacerles daño, y reducir la longitud de tiempo que la información se almacena y es accesible ayudará”, explica el fundador de Facebook.

En síntesis, los planes de un Facebook “renovado” incluiría que en los próximos años los usuarios pueden esperar versiones de Messenger y WhatsApp más sencillas, fáciles de utilizar y más seguras.

Las comunicaciones privadas serán protegidas con cifrado para prevenir que cualquier persona, e incluso el mismo Facebook, tengan acceso al contenido de las plataformas de mensajería.

El historial de mensajes dentro de las plataformas de Facebook podría ser eliminado después de cierto tiempo para evitar que la información sea utilizada en contra de los usuarios más adelante, tal y como sucede en el uso de este tipo de información en la “guerra sucia” de las contiendas electorales.

BALANCE

La nueva estrategia de Zuckerberg está diseñada para darle a WhatsApp mayor relevancia y dejar que Facebook se subordine a este nuevo modelo de negocio. La apuesta es edificar “una plataforma que se centre en todas las maneras en que la gente quiere interactuar privadamente”.

Las críticas no se han hecho esperar, Nick Bilton, en un extenso análisis para Vanity Fair, ha señalado que la propuesta del fundador de Facebook entraña razones mercantiles y de prevención ante futuras regulaciones gubernamentales en un jugoso negocio en donde están involucrados los datos de más de dos billones de personas en todo el mundo.

Aun es difícil saber cuál será el impacto de estas modificaciones empresariales en el futuro de la democracia. Lo que sí sabemos es que las campañas electorales de las próximas décadas se desarrollarán en las nuevas plataformas digitales. Conciliar privacidad con el acceso a información socialmente útil y de calidad será el gigantesco reto para los próximos años.

                *Los puntos de vista son a título personal.
                No representan la posición de la OEA

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