La política en tiempos de pandemia

Como era de esperarse, la pandemia ha impactado la manera tradicional de hacer proselitismo. La difusión del mensaje político ha tenido que ser revaluada y la propaganda política está pasando de las calles y del ámbito presencial a lo digital y remoto.

Los grandes mítines, eventos públicos y masivos cierres de campaña, tradicionales en América Latina, han tenido que ser cancelados. Los equipos de comunicación de los candidatos han diseñado nuevas estrategias en las que las redes sociales y los encuentros virtuales son los protagonistas.

El próximo 3 de noviembre se llevarán a cabo elecciones presidenciales en los Estados Unidos. Por el momento, toda la actividad política, propia de las primarias, se encuentra impactada por los efectos de la pandemia. Las actividades presenciales, como los eventos públicos para la recaudación de fondos, se han transformado en actividades virtuales.

En la misma tónica, la reciente elección a la Asamblea Nacional en Corea del Sur ofrece importantes lecciones. A pesar de que los eventos presenciales de campaña fueron cancelados como consecuencia de las medidas de distanciamiento social, se reportó una participación del 66 por ciento. Los partidos políticos mantuvieron la comunicación con los ciudadanos a través de las redes sociales, aplicaciones telefónicas y publicidad postal.

Aunque las interacciones virtuales se presentan, bajo las actuales circunstancias, como la mejor alternativa para las campañas electorales, éstas no reemplazan el poder de las interacciones en persona. No es posible lograr el mismo alcance de manera remota, especialmente si se considera que la cobertura de internet no es universal y que el acceso a los medios tecnológicos es limitado en las zonas rurales.

Si bien el mensaje político se ha visto forzado a migrar hacia el ámbito de las nuevas tecnologías, los políticos también se han visto en la necesidad de replantear los contenidos de su mensaje con información relevante y propuestas que respondan a los problemas y temores actuales de los ciudadanos.

Son momentos duros para hacer política. La agenda programática de los gobernantes y líderes sociales deberá enfocarse en fortalecer los sistemas de salud pública y en generar políticas orientadas a la recuperación socioeconómica, especialmente a la recuperación del empleo.

Son momentos de dolor, pérdidas humanas y crisis económica. Esta coyuntura requiere, desde el gobierno, de líderes empáticos y efectivos para atender los complejos problemas que enfrentan las personas. En las campañas del futuro no habrá espacio para la demagogia y las falsas promesas.

El electorado buscará liderazgos genuinos que demuestren la capacidad de diseñar e implementar políticas públicas que permitan a la sociedad enfrentar esta histórica crisis de la manera más eficaz para salir de ella con posibilidades para reconstruir todo lo que se ha perdido.

Quienes asuman la delicada responsabilidad de convertirse en gobernantes deberán tomar con la mayor seriedad dichos retos, dejando de lado la politiquería y el populismo. Hacer política de manera seria en el escenario poscovid-19 no será una labor sencilla. Urgen candidat@s responsables, capaces de hablar con la verdad a sus elector@s. Recuperar lo que se ha perdido requerirá de estadistas.