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Desafíos emergentes

Francisco Guerrero Aguirre

Francisco Guerrero Aguirre

Punto de equilibrio

La OEA es el organismo regional más antiguo del mundo y fue el primero en reconocer que la “democracia representativa” es fundamental para el desarrollo de nuestro hemisferio.

La democracia no ha tenido un camino fácil. América Latina ha pasado por décadas de impunidad y dictaduras, marcadas por represión, violencia política, violaciones de derechos humanos e, incluso, suspensión de elecciones.

A pesar de eso, hoy vivimos en países que celebran elecciones periódicas y competitivas, con gobiernos electos a través de las urnas. Con defectos, nuestras instituciones democráticas y electorales se encuentran en proceso de maduración.

Si bien algunos países aún luchan con procesos electorales básicos, como las listas de votantes, por ejemplo, las elecciones y los procesos electorales han mejorado sustantivamente.

En contraste, muchos países deben centrarse ahora en los desafíos electorales de “segundo nivel”, como la necesidad de aumentar la participación de las mujeres y las minorías en los procesos políticos, el impacto del dinero público y privado en las elecciones y la existencia de campos de juego desiguales.

Hoy, más que nunca, las redes sociales han amplificado el debate público y la protesta social. Los ciudadanos tienen mayor acceso a información política, lo que genera una opinión pública más volátil.

Basta con mirar a Greta Thunberg, la joven activista sueca, que pasó de su protesta en solitaria, frente al Parlamento sueco, a liderar un movimiento global por el cambio climático.

Según la Unidad de Inteligencia de The Economist sobre el estado de la democracia en 2018, subtitulado Participación política, protesta y democracia, la participación política está en aumento. Este informe encontró que, a pesar de la “profunda desilusión” global con las instituciones políticas formales y la democracia misma, la participación política continúa aumentando en la mayoría de las regiones del mundo, incluido en nuestro hemisferio.

Sin embargo, The Economist advierte una mayor participación de los ciudadanos a menudo apoyando los movimientos antiestablishment, situación que es potencialmente disruptiva. Si estos apoyos sociales continúan en aumento, sin las mejoras correspondientes en otras áreas de la democracia, esto podría conducir a una gran inestabilidad política y social.

En este difícil entorno, la polarización extrema es un área de preocupación. Las Misiones electorales de la OEA están descubriendo cada vez más que las propuestas políticas quedan eclipsadas por ataques personales: las campañas son negativas y hay un número creciente de casos de incitación al odio y a la violencia. Los candidatos, las campañas y los partidos políticos también tienden a lanzar acusaciones tempranas y frecuentes de fraude en el proceso electoral, no sólo para justificar una posible pérdida, sino también para mejorar una posible victoria al insinuar que ganaron contra probabilidades imposibles.

De manera concurrente, la revolución digital ha apoyado el proceso democrático porque ha expandido el alcance de la información y el debate político.  Sin embargo, las redes sociales han creado graves problemas en materia de credibilidad.

 

BALANCE

Tal y como lo ha señalado Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, somos testigos del auge de una “industria de interferencia electoral” que guía a sus posibles clientes sobre cómo manipular las elecciones mediante los medios sociales, las noticias falsas y la microfocalización.

Esta situación ha aumentado el escepticismo de los ciudadanos con respecto a la transparencia y la legitimidad de estos procesos, los políticos elegidos por ellos y las instituciones que los utilizan, lo que ha erosionado la confianza general en la democracia. A pesar de estos retos, hay esperanzas. El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha dicho que la democracia no se da por defecto, requiere un trabajo duro. Este siempre ha sido el caso. Lo primero es reconocer los desafíos emergentes. Lo segundo es actuar en consecuencia.

Por vacaciones, esta columna regresará el 14 de enero.

¡¡Felices fiestas!!

 

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