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Una orquesta disarmónica

Fernando Islas

Fernando Islas

 

Nos desayunamos ayer con la novedad de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asume la responsabilidad de las escenas de los guardias fronterizos, montados a caballo, sometiendo a haitianos en su intento por cruzar hacia la Unión Americana. Durante su campaña, Biden señaló que restauraría la posición moral estadunidense y que de inmediato acabaría con la embestida de Donald Trump sobre la dignidad de las comunidades migrantes, le recordó una reportera en una conferencia en la Casa Blanca.

“Por supuesto que asumo la responsabilidad, soy el presidente. Fue horrible lo que vimos. Ver a esas personas tratadas de esa manera, con caballos corriendo tras ellas. Es indignante, pero les prometo que esa gente va a pagar”, respondió Biden. “Hay una investigación en curso y habrá consecuencias. Esto va más allá de la vergüenza. Es peligroso, está mal. Envía el mensaje equivocado alrededor del mundo y también envía el mensaje equivocado en casa. Simplemente no somos eso”.

En tanto pensemos que los migrantes son nuestros enemigos, seremos testigos de escenas como ese denigrante rodeo improvisado, o cosas peores. Existe la nefasta creencia en ciertas cabezas de chorlito de nuestro vecino país del norte de que todo aquel que viene de fuera es “terrorista”.

Sin embargo, no todo mal que lastima a la nación de las barras y las estrellas proviene del extranjero, como quedó más que claro durante el violento asalto al Capitolio, el 6 de enero. En su discurso ante el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el 22 de septiembre, Christopher Wray, director del FBI, se refirió a las “operaciones malignas de influencia extranjera”, frase eficaz para todos aquellos que quieran escucharla y, sobre todo, malinterpretarla en aras de proteger su patria. Los llamados casos de terrorismo doméstico han pasado “de unas mil a 2 mil 700 investigaciones” en 12 meses (https://www.fbi.gov/news/testimony/worldwide-threats-to-the-homeland-20-...).

Pero México colabora en la orquesta disarmónica. Si EU tiene mucho trabajo tanto con “su” terrorismo doméstico como con sus políticas migratorias, nuestro país, según observan los especialistas, ha fungido como tapón de las caravanas centroamericanas con acciones de franco hostigamiento. 

Hay evidencia visual sobre la manera hostil con la que funcionarios de Migración tratan a los que están de paso por nuestro territorio. Si para cualquiera de nosotros el arribo en salas internacionales del aeropuerto de la CDMX resulta un galimatías, la manera en que los uniformados tratan a “nuestros hermanos del continente americano”, de acuerdo con los discursos oficiales, son un ataque permanente a los derechos humanos. Para ellos habría que hacer una propaganda nueva que diga: “Visit Mexico… and suffer”.

CAJA NEGRA

En el contexto de la crisis mundial de una pandemia que está próxima a cumplir dos años, llaman la atención las preguntas planteadas en un libro de reciente aparición: ¿La era pos-covid será más o menos neoliberal que antes de la pandemia? ¿La humanidad aprenderá a ser más solidaria y generosa a partir de la dura experiencia de este periodo de muerte y crisis, o imperará un egoísmo todavía más acendrado que antes?

Se trata del título Pos-COVID/Pos-Neoliberalismo. Propuestas y alternativas para la transformación social en tiempos de crisis”, coeditado por el PUEDJS-UNAM, Siglo XXI  e INEHRM. Habrá que estar pendientes de su lanzamiento virtual el próximo miércoles 29 de septiembre, a partir de las 13:00, a través de las redes sociales del PUEDJS. El elenco de presentadores incluye a Rafael Correa, expresidente ecuatoriano, y al célebre pensador brasileño Emir Sader.

 

 

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