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Mi casa es tu casa

Félix Cortés Camarillo

Félix Cortés Camarillo

Cancionero

No hay autoridad mexicana capaz o dispuesta a decir cuánto nos ha costado el fenómeno migratorio de las últimas semanas, que va de Centroamérica rumbo a Estados Unidos, pasando por nuestro territorio. Implica, naturalmente, el desempeño de autoridades migratorias, de seguridad, de asistencia social, de todo tipo, vaya. En el segundo plano aparecen los riesgos de criminalidad importada o localmente asistida. La mancha migratoria, que está fuera del control de las autoridades mexicanas, está llegando a todos lados.

No quiero incidir, porque me parece que es una instancia de hipocresía, en el costo político que, ante el gobierno de Donald Trump, la actitud del gobierno mexicano hacia las caravanas está generando. Las vallas de alambre de púas y el doble control en los puentes fronterizos son mera faramalla. Con toda esa parafernalia, Trump está cosechando simpatías entre los red necks de allá del muy norte. Sabe bien que los centroamericanos que crucen este año la línea serán los mismos que lo hicieron el año pasado. Pero la represión de estos wetbacks son votos a futuro para la reelección.

Pero yo hablaba del costo mexicano.

Se ha señalado el orgullo nacional por la generosa actitud del gobierno de nuestro país hacia los hondureños, primero, y los que siguieron —y siguen— después. Puertas abiertas, visas y ofertas de trabajo, permanencia legal. Es indispensable señalar que la población por doquier se ha desvivido por otorgar a los migrantes una tortilla, un taco de frijol o de arroz, un vaso de agua. Los mexicanos —y cuando digo los mexicanos me refiero a la mayoría de los mexicanos, que son los mexicanos jodidos, no a los otros— han demostrado, como siempre, su capacidad de solidaridad humana. Como en cada crisis. Todo es admirable.

Pero todos los mexicanos sabemos que de estos miles de centroamericanos que quieren cruzar la raya, 95% no lo podrá hacer. Y que la mayoría se quedará en nuestra tierra casi permanentemente asentados: mientras no logren cruzar el río. Entre tanto, mi casa es tu casa. Bienvenidos.

El romántico planteamiento tiene otras aristas. No todos los migrantes de Centroamérica son víctimas inocentes huyendo de la pobreza y la violencia, también hay indicios de robos y asaltos por parte de los centroamericanos.

El asunto de este tsunami migratorio es que no tiene solución inmediata: Trump no los va a dejar entrar. López Obrador no va a tener dinero para regresarlos a sus países, y por tanto, les va a dar trabajo en México y los va a incorporar a nuestra masa social. Los mexicanos jodidos van a ver con envidia a los nuevos mexicanos que gozarán de privilegios mínimos que a ellos les son lejanos. Y seremos una familia feliz.

 

PILÓN 1.- La cancelación del partido de futbol americano del lunes en el Estadio Azteca se debe a que no hay territorio adecuado para el evento. Pero no se trata de la cancha, se trata de otro territorio. De la misma manera, el Gran Premio de México se va a retirar de la pista excelente de los Hermanos Rodríguez y así, gradualmente, los eventos internacionales deportivos y de espectáculos se irán alejando. En México no hay territorio adecuado para que este país salga del tercer mundo.

PILÓN 2.- ¿Sería un exceso de parte de un viejo periodista fifí pedir que se haga una consulta popular a nivel nacional sobre la verosimilitud, confiabilidad y peso específico de las consultas populares?

Me doy cuenta de que no valdría la pena: sería una consulta a modo.

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