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Realismo y dignidad

Federico Reyes Heroles

Federico Reyes Heroles

Sextante

“Si por alguna razón desconocida no hay cooperación, podemos volver a nuestra posición anterior”, los aranceles. Donald Trump no puede ser más claro. La amenaza funcionó. El presidente de Estados Unidos dejó sentir el peso imperial y el gobierno mexicano actuó pragmáticamente. Pero hay que mirar lejos.

Cambiar aranceles por política migratoria es un trago realista, pero muy amargo. No queremos vivir esta situación otra vez. Nada hay de qué enorgullecernos cuando haremos el trabajo sucio, cuando buena parte de la Guardia Nacional –creada para abatir la inseguridad galopante de los mexicanos– tendrá que ser dedicada a contener a los migrantes. Nada qué festejar cuando para todo fin práctico nos convertimos en tercer país seguro y por ello habremos de recibir a una cifra indeterminada de migrantes –que podría ser millonaria este año– y que puede agravar la pobreza.

La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) necesitará más recursos y no menos y la vigilancia de los derechos humanos deberá convertirse en una prioridad. Muy desconcertante que, por primera ocasión en 29 años, el Presidente de la República no acuda a escuchar el informe del presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). El desplante no sólo es una grosería a su titular, que ha tenido un notable desempeño, sino también es otra afrenta a una institución central para los mexicanos, un acto de desprecio a una causa que sólo en el discurso es señera para la administración. La política de brazos abiertos anunciada por el Presidente se topó con la realidad de una inmigración descontrolada, fuera de cauce. Tendrán que corregir. Habrá que cuidar muy de cerca a los migrantes, documentados o no, para que el acuerdo con Washington no se convierta en una vergüenza nacional.

Pero seamos crudos, con una economía tambaleante, que declina en empleo e inversión, con un segundo semestre marcado por la desconfianza, los aranceles podrían haber generado una espiral de caída con cientos de miles de familias afectadas. ¿Cómo salir de la trampa de fondo, producto de la exagerada dependencia de nuestras exportaciones a EU? La respuesta es sencilla, la implementación difícil y de largo plazo: diversificando. Por eso, el Presidente de México debe asistir a las cumbres en que se pueden abrir puertas a nuestro comercio: G20, APEC, TPP, Unión Europea, África en sus distintas vertientes, China, Alianza del Pacífico y América Latina y lo que aparezca. La simple ausencia del titular del Ejecutivo sitúa a nuestro país en otra liga. La salida a la posibilidad de futuros chantajes como éste está hacia enfrente, más apoyo a la banca de desarrollo, en particular Bancomext y Nafin, una clara estrategia de integración y diversificación para paliar la inevitable inercia de ser el vecino y principal socio comercial de la mayor potencia del mundo.

La gestión actuó con realismo, que siga por ese rumbo. Santa Lucía ya no es opción, nunca lo fue. A los múltiples problemas técnicos que lo hacen inviable, a los varios frentes opositores internacionales y nacionales, ahora se suman los amparos concedidos. Simplemente con ánimo de prolongar instancias y recursos, se podrían interponer infinidad de obstáculos que llevarían años. No perdamos el tiempo. Con el mismo realismo con el que actuaron frente a Trump, deben cancelar de inmediato la pretensión de Conagua de inundar el área donde están enterrados alrededor de 7,000 mdd, que son de personas con intereses legítimos en Texcoco, contratistas, permisionarios, inversionistas, trabajadores, etc. Además de los millones de contribuyentes que pagaron Tarifa de Uso Aeroportuario para ese fin, con lo cual se podrían desatar oleadas de recursos jurídicos. Los usuarios podrían ir a acciones colectivas. Texcoco está en litigio.

Retomar Texcoco de inmediato evitaría un conflicto mayor, inyectaría confianza, muy escasa hoy, traería inversiones, daría oxígeno al peso y seriedad a la administración, convirtiéndose en carta de presentación de una economía abierta que, por razones de dignidad, quiere diversificarse. Realismo, por favor.

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