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Periodistas sin protección

Federico Döring

Federico Döring

 

El periodismo en México vive uno de sus peores momentos. Las agresiones a la profesión y a quienes tienen el valor de ejercerla se han convertido en algo tan cotidiano como una tormenta en temporada de lluvias.

Por su naturaleza, el periodismo es una profesión que inherentemente tiene un margen de riesgo, uno importante. Quien se dedique a ello y no sea consciente de esta condición vive engañado o sin ejercerlo de verdad. Decir la verdad es peligroso en el mundo en general.

Es por ello que tanto organismos internacionales como gobiernos a lo largo del mundo se han dedicado a la implementación de mecanismos y protocolos para su protección. El periodista debe ejercer su profesión con toda la seguridad y confianza de que no será objeto de represalias, mucho menos si éstas provienen del gobierno.

Desafortunadamente, como en muchos casos, México es la lamentable excepción. De acuerdo con estimaciones de la organización Artículo 19, en el país cada 16.1 horas un periodista es agredido y el 99 por ciento de estos casos se queda en total impunidad.

En este contexto, fuimos testigos de una de las más escandalosas agresiones a un periodista en México cuando en la marcha #NoMeCuidadMeViolan el reportero Juan Manuel Jiménez fue brutalmente golpeado por un individuo mientras transmitía en vivo su cobertura.

Por éste y otros motivos, buscaré que desde el Congreso de la Ciudad de México citemos a comparecer a la titular del Mecanismo de Protección Integral de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, Tobyanne Ledesma, quien desde que fue designada en el cargo, en diciembre del año pasado, ha brillado por su gran ausencia.

No se ha dado a la tarea de actualizar los protocolos de protección a los defensores de derechos humanos y de periodistas, el actual data de hace casi cinco años y no ha sido armonizado con los nuevos preceptos de concebidos en la Constitución de la Ciudad de México.

El derecho a informar es constitucional y para ello es fundamental que se cuente con un marco jurídico sólido, pero, con Ledesma al frente de esta tarea, esto no es una realidad porque sólo se ha dedicado a la declaración fácil, a salir en la foto desde atrás sin destacar.

El periodista sigue en la defensa de su tarea y hoy, además, debe cuidar su integridad física por la falta del gobierno en su tarea.

Una cosa más, el periodismo libre garantiza el derecho a la información de todos los ciudadanos, sobre todo de aquello que nuestros gobiernos no hacen bien. Callar,  agredir y hasta matar periodistas no es un tema solo de una condición de inseguridad.

 

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