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Sálvese quien pueda…

Fabiola Guarneros Saavedra

Fabiola Guarneros Saavedra

Mensaje directo

 

Entre enero y octubre de este año, 97.6 personas, en promedio, fueron asesinadas cada día en nuestro país.

Las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) revelan que 29 mil 574 personas fueron asesinadas en estos 10 meses (28 mil 741 homicidios dolosos y 833 feminicidios). El número de víctimas registrado en el mismo periodo de 2018 fue de 28 mil 868 asesinatos.

Junio se mantiene como el mes más violento, seguido de julio y agosto, con más de tres mil víctimas.

Sí, 2019 será el año más violento.

El Secretariado también reportó un aumento de 5% en los casos de secuestro; 12.72% en el delito de extorsión; 2.79% en el robo a casas; 6.88% en el robo a transeúntes y 3.93% en los casos de violencia intrafamiliar.

Ésta es la cara más fría de la violencia; pero detrás de esas cifras y porcentajes están los rostros, nombres y apellidos de las víctimas y de sus familiares. Seguramente usted tiene cerca a una víctima de la delincuencia, un familiar, vecino, compañero de trabajo o escuela.

La seguridad es la exigencia número uno de los ciudadanos y debiera ser la prioridad de los gobernantes, porque el Estado es el responsable de garantizar la seguridad ciudadana con políticas públicas, velar por la protección de los derechos humanos y garantizar el respeto a las leyes e instituciones, combatiendo la impunidad.

Esta obligación debiera parecer una obviedad, pero no lo es. Hay gobernantes en nuestro país que utilizan el poder del Estado para el beneficio personal, pero no para servir al pueblo.

Ahí tiene las declaraciones de Cuauhtémoc Blanco, gobernador de Morelos:

“Yo sí le quiero decir a la gente que tenga muchísimo cuidado en las carreteras porque eso es a lo que se están dedicando ahora los secuestradores, estábamos platicando el día que liberaron a Alejandro Vera (exrector de la Universidad Autónoma de Morelos), me estaban informando cómo fue el secuestro, entonces sí le tenemos que decir que hay que tener cuidado a la gente, porque es gente muy viva, muy abusiva, y es gente que está esperando en las carreteras cualquier detallito en un coche, como le ocurrió a Alejandro Vera, que le poncharon una llanta”.

No, señor gobernador, no es así. Está pidiéndole a la gente que se cuide porque usted no puede; pero tiene la obligación y el mandato de cuidar a los morelenses y a todos aquellos que transitan por las carreteras de la entidad. A usted le corresponde diseñar la política de seguridad, ponerla en marcha, combatir la impunidad, la corrupción, dejar de ser omiso y sacudir a los corruptos.

El secuestro en Morelos está en su peor nivel en los últimos cinco años. Entre enero y septiembre de este año la entidad registró 46 carpetas de investigación por este delito, más de una a la semana, en promedio.

Esta cifra representa un incremento de 109% en comparación con las 22 indagatorias iniciadas en el mismo periodo de 2015, de acuerdo con datos del SESNSP.

El alza también se refleja al comparar las 34 investigaciones por secuestro que se realizaron de enero a septiembre de 2016. En este caso, el aumento asciende a 35%, y lo mismo pasa con iguales periodos de 2017 (30 carpetas) y 2018 (25 carpetas), con alzas de 53% y 84%, respectivamente, según la nota periodística elaborada por mi compañero Andrés Mendoza (Excélsior, 15 de noviembre).

Ahí están los datos y vienen a colación por la siguiente declaración de Blanco:

“¿Están llamando a una marcha contra el secuestro? Que la hagan, tienen todo su derecho, es gente priista, nosotros, y te lo vuelvo a mencionar, el Presidente de la República le ha reconocido el trabajo al almirante, yo, como hace mes y medio, fui a ver al Presidente de la República y me dijo ‘felicítame al almirante porque está haciendo un gran trabajo’”.

Pues no, señor gobernador. No están haciendo un buen trabajo, ¡le acaban de secuestrar al exrector!

Y, por fin, ¿nos cuidamos de los secuestradores o de los priistas? Ya no entendí.

Morelos sólo es un botón de muestra, pero la violencia e inseguridad está creciendo en todos los rincones del país. Guanajuato, Estado de México, Baja California, Chihuahua, Jalisco, Veracruz, Guerrero y la Ciudad de México están en los primeros lugares en hechos delictivos.

La violencia y la delincuencia afectan gravemente la vigencia del Estado de derecho, y con gobernantes como el de Morelos, el panorama es: ¡sálvese quien pueda!

 

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