Estancias infantiles

Fabiola Guarneros Saavedra Mensaje directo
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Artículo 4º de la Constitución mexicana:

“… En todas las decisiones y actuaciones del Estado se velará y cumplirá con el principio del interés superior de la niñez, garantizando de manera plena sus derechos. Los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral. Este principio deberá guiar el diseño, ejecución, seguimiento y evaluación de las políticas públicas dirigidas a la niñez.

“Los ascendientes, tutores y custodios tienen la obligación de preservar y exigir el cumplimiento de estos derechos y principios.

El Estado otorgará facilidades a los particulares para que coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez…”.

Ahí está el mandato constitucional. Es claro, las niñas y los niños mexicanos tienen derechos que deben ser
garantizados por el Estado mexicano, como el acceso a una estancia infantil o a un centro que permita al infante
un desarrollo físico, emocional y motriz sano, que favorezca la socialización y el aprendizaje temprano, donde se sienta seguro y adecuadamente alimentado mientras su madre trabaja.

La decisión del Gobierno Federal y de los legisladores (porque el Presupuesto de Egresos lo analiza, discute y aprueba la Cámara de Diputados) de recortar más de dos mil millones de pesos al Programa de Estancias Infantiles generó protestas de madres trabajadoras en varias partes del país porque implica el cierre de los lugares donde se quedan sus hijos mientras ellas cumplen con su jornada laboral.  Estamos hablando de más de 400 mil niñas y niños.

Usted ya ha escuchado la decisión del Gobierno Federal: no hay marcha atrás, el recorte se aplica y a las madres se les dará una ayuda directa de 1,600 pesos bimestrales. Ellas podrán decidir si le dan el dinero a la abuela (si la hay) para que cuide a los nietos o dárselo de manera directa a las estancias; pero en estas dos alternativas el Estado olvida su obligación de velar por el bienestar, salud, educación y seguridad del menor.

Por ejemplo, si la madre decide entregar el recurso económico a la estancia para que pueda dejar ahí a su hijo porque no existe la abuela, o también trabaja o no está
en condiciones de cuidar al nieto o simplemente no quiere, ¿qué autoridad del Estado mexicano emitirá y vigilará
las reglas de operación de las estancias?, ¿quién certificará la calidez y calidad en el servicio?, ¿quién será el responsable de que esos lugares cumplan con los ordenamientos en materia de protección civil?, ¿quién supervisará la
calidad de los alimentos?, ¿quién será el responsable de v
erificar que se cumplan con los planes de estimulación temprana?

Si se opta por dejarlos con la abuela, ese infante pierde el derecho a la interacción y socialización con sus pares y tampoco accede a la educación inicial. Se le quita la responsabilidad al Estado.

El argumento del gobierno mexicano de desaparecer el Programa de Estancias Infantiles es combatir la corrupción, porque había intermediarios que se quedaban con los recursos e inflaron padrones. Y no lo dudo, pero tampoco creo que hayan sido todas. Algunas de ellas tienen un enfoque comunitario que fortalece el tejido social y cuyas metodologías han sido reconocidas por organismos internacionales. 

Combatir la corrupción, ¡claro! Que no haya ordeñadores del presupuesto público, ¡de acuerdo, hay que eliminarlos! Que el beneficiario realmente sea el niño y la madre que lo necesita, ¡por supuesto! Hay consenso en eso, pero mientras tanto, no se puede dejar en la calle ni con las abuelas a 400 mil niños. Entregar de manera directa el dinero no resuelve el problema ni exime al Estado de su obligación de cumplir con el artículo 4º de la Constitución.

¿Por qué son indispensables las estancias infantiles?

La ficha de monitoreo 2017-2018 del Programa de Estancias Infantiles (PEI) del Coneval identificó que el programa tiene efectos positivos en la situación laboral de la madre, existe un aumento del 18% en la probabilidad de que éstas cuenten con un empleo, además de que se logra su empoderamiento.

Según el Coneval, 93.9% de las personas beneficiarias consideraron que las estancias contribuyeron a mejorar su calidad de vida y la de sus hijos, ya que les brindó la posibilidad de contar con empleo, salud mental, salud física e ingresos monetarios. 96.5% consideró que la atención y cuidado de sus hijos tuvo un impacto positivo en el desarrollo del lenguaje; 96% de los casos ha desarrollado habilidades sociales y un 97.5% ha observado una mejora en el desarrollo motriz de sus hijos.

El documento de las reglas de operación del Programa de Estancias Infantiles justifica su creación en beneficio del segmento de población infantil más pobre del país:

“La población potencial se define como el grupo de madres de 15 años y más con hijas e hijos de entre 1 año y hasta un día antes de cumplir 4 años, y de entre 1 año hasta un día antes de cumplir los 6 años para niñas o niños con alguna discapacidad; sin acceso directo o por parentesco a los sistemas de seguridad social, en específico a los servicios de cuidado y atención infantil como prestación laboral”.

Que se castigue a los corruptos, a los que se benefician del erario, pero al mismo tiempo exijamos que el Estado vigile y audite las estancias infantiles, guarderías y centros de desarrollo infantil, que dé la certeza de que primero están las niñas y niños mexicanos, y que no olvide que los culpables o responsables de los desvíos de recursos están en otro lado y es consecuencia de la mala gestión institucional, de la falta transparencia y de la nula rendición de cuentas.

                Twitter: @Fabiguarneros

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