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PRI: simulación o elección abierta…

Enrique Aranda

Enrique Aranda

De naturaleza política

Definidas ya las fechas del proceso interno en que, vía consulta directa a la militancia, el Revolucionario Institucional pretende elegir a su nueva dirigencia y, más específicamente, a la vista algunas de las propuestas en materia de términos y condiciones que esta misma tarde serán puestas a consideración del Consejo Político Nacional, más de uno se pregunta si en verdad se aspira a reconstruir y reposicionar al otrora partidazo o, más bien, a encaminarlo de manera segura hacia el despeñadero…

El hecho, por sólo citar un ejemplo, de que horas antes del citado cónclave siga siendo un enigma si las bases de la convocatoria —particularmente en lo que refiere al aval de sectores y/u organizaciones— posibilitarán la participación de cuanto militante desee inscribirse en el proceso o si las mismas favorecerán reducir a sólo dos, cuando no una, las fórmulas participantes,  inquieta ya a un número importante de liderazgos del priismo tradicional… y del que ahora, incluso, aspira a “abrir las puertas y renovar prácticas y estructuras que nos condujeron hasta el difícil momento en que estamos”.

Tal inquietud surge y se consolida tras el público posicionamiento en que once de los gobernadores de extracción tricolor, de manera implícita, evidenciaron su decisión de apostar por un proceso de simulación-improvisación que, en la práctica, les permita imponer a uno de los suyos, al campechano Alejandro A(m)lito Moreno en concreto que, huelga decir, tendría en la operación electoral de los mandatarios en sus entidades, la mejor garantía de triunfo.

Ello sólo, la explícita o encubierta decisión de acotar el número de participantes en la puja, podría, de manera casi inmediata, dar paso al abandono de las filas priistas por parte de personajes importantes que hoy por hoy, de manera directa o indirecta, se encuentran inmersos en sendas precampañas por la dirigencia, tal es el caso del cuestionado exgobernador oaxaqueño Ulises Ruiz.

Y todo, sin dejar de considerar la complejidad y escasa certeza que el calendario previsible del proceso interno garantiza, pues, si el lanzamiento de la convocatoria se prevé para la medianoche de mañana, el registro de candidatos para el 22 y la elección como tal, vía voto directo de la militancia, para el domingo 11 de agosto, estamos hablando de un periodo de sólo 50 días para organizar una elección a nivel nacional, con un presupuesto ciertamente limitado y, más, un padrón escasamente confiable, no validado por el Instituto Nacional Electoral, de ¡más de seis y medio millones de personas!

A la vista lo anterior entonces, insistamos: elección con ánimo de reforma, reestructura y relanzamiento o, en su defecto, proceso simulado para garantizar la (buena) muerte del partido como hoy existe y, aventuraría alguno, posibilitar la migración de liderazgos y estructuras al movimiento ahora en el poder…

 

ASTERISCOS

* Todo listo, presumiblemente, para que sea en el marco del segundo extraordinario del actual receso, 27 y 28 de junio, donde diputados y senadores debatan y, eventualmente, aprueben la legislación secundaria aplicable a la (ya en operación) Guardia Nacional y, más importante, el Programa Ideológico en que la 4T convirtió su propuesta de Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024. Veámonos el miércoles, con otro asunto De naturaleza política.

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