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No vale una vida más que otra: CEM

Enrique Aranda

Enrique Aranda

De naturaleza política

Degradada a la categoría de simple proyecto, la cuestionadísima Guía Bioética elaborada con la explícita intención de normar y dejar en manos de profesionales de la medicina —o de un vulgar volado incluso— la decisión de a quién privilegiar, entre un adulto mayor y un joven infectados por COVID-19, cuando de otorgar servicios limitados y/o escasos que permitan salvarles o no la vida, enfrentó ya al gobierno de la 4T con el primer nivel de la jerarquía católica que, valga destacar, parecía empeñada en mantener un perfil más que bajo durante la actual contingencia.

Conminado por los más aguerridos de entre ellos y un inusualmente alto número de laicos, efectivamente, el primer nivel de la cúpula de la Conferencia Episcopal Mexicana emitió un esclarecedor mensaje que, amén de poner los puntos sobre las íes respecto del contenido del polémico documento elaborado por profesionales adscritos al Consejo de Salubridad General, afines todos al gobierno federal, deslizan comentarios que apuntan a una eventual fractura entre la Iglesia y quien, de manera más inusual de lo deseable, gusta de asumirse como predicador…

Suscrito por José Jesús Herrera, obispo de Nuevo Casas Grandes y responsable de la Dimensión Episcopal de la Vida, así como por el presidente y secretario general de la Conferencia, monseñor Rogelio Cabrera, y Alfonso Miranda, el documento titulado Decir sí a la vida de todos rescata criterios éticos y morales, como el que “una vida no vale más que otra” y, por ejemplo, que “la edad no puede ser considerada como el único y automático criterio de elección (sobre a quién atender de manera preferente y a quién posponer el suministro de fármacos o apoyos mecánicos), ya que, si así fuera, se podría caer en un comportamiento discriminatorio hacia los ancianos y los frágiles”.

En otra de sus partes, la instrucción episcopal rescata la necesidad de realizar el más completo diagnóstico de la situación existente en virtud de que, dice “omitir realizar el diagnóstico (vía la aplicación de pruebas) más profundo posible no sólo es un error estratégico sino de orden moral” y, tras reclamar el derecho del personal sanitario “de contar con la protección requerida para realizar su riesgoso trabajo en las condiciones más seguras posibles” y la obligación de la autoridad de evitar “el racionamiento de los recursos biomédicos”, los obispos, arzobispos y cardenales agrupados en la CEM dejan puntual registro de que, en casos como los que nos ocupa, “es importante evitar toda acción que, de manera explícita o encubierta, pudiera ser de tipo eutanásico o conllevar ensañamiento terapéutico”.

Y, a manera de conclusión, aquello de que “los obispos mexicanos estamos convencidos de que la exigencia moral originaria de amar y respetar a la persona como un fin y nunca como un simple medio es irrenunciable”…

 

ASTERISCOS

*  Al más puro estilo de la 4T y aliados —“al margen de toda ética, pues…”—, el diputado federal Ricardo El Pollo Gallardo Cardona continúa aprovechando la crisis para buscar atraer adeptos a su eventual candidatura, por una coalición entre verdes y morenos, al gobierno potosino. Ayer, como antes en otras zonas del estado, distribuyó miles de despensas entre la población más pobre del Altiplano a cambio, claro, de su información electoral…

Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.

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