Defendamos la libertad de prensa, pilar fundamental de toda democracia

Columnista Invitado Nacional
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Por Juan López-Dóriga Pérez y Gautier Mignot

Hace 30 años, la Unesco estableció el 3 de mayo como el Día Mundial de la Libertad de Prensa, para renovar, anualmente, nuestra reivindicación de una prensa libre, independiente y plural. Hoy reiteramos alto y fuerte nuestro compromiso por defender una libertad esencial, pilar de toda democracia madura, y que este año se conmemora bajo el lema “información como un bien común” global, al servicio universal de los ciudadanos.

En estos tiempos marcados por la incertidumbre, esta fecha cobra una especial relevancia. Hemos sido testigos, particularmente en el contexto de la pandemia, de cómo grandes flujos de desinformación han abusado de la libertad de expresión con fines políticos para diseminar información falsa, discursos polarizadores o de odio, que atentan contra el bien común.

Ante esta preocupante tendencia, muchos hemos coordinado la lucha contra la desinformación dentro de las estrictas reglas democráticas. Desde la Unión Europea hemos desarrollado iniciativas, como códigos de conducta o el Observatorio Europeo de Medios Digitales, con la vocación de defender a nuestros ciudadanos del virus de la “infodemia”.

Por eso hoy queremos, con especial énfasis, celebrar la libertad de prensa y su corolario, el acceso a la información veraz y fidedigna por parte de los ciudadanos, y reconocer los grandes retos que hemos de afrontar, juntos, en su defensa universal para la construcción de sociedades plenamente democráticas. Lo celebramos vivamente aquí en México, un país que goza de un amplio espectro mediático, con medios y periodismo de calidad.

Uno de los desafíos existentes es la imperiosa necesidad de mejorar la alfabetización mediática y digital, a través del compromiso de los poderes públicos para proteger y garantizar una libertad de prensa plena que construya el pluralismo mediático, la diversidad de contenidos y la representación de los distintos grupos, voces, sensibilidades e intereses de una sociedad. Desde ese soporte sólido, se tenderán los puentes a la transferencia de la información para que todas y todos accedan a la misma, transformando la información en conocimiento y permitiendo el desarrollo de ciudadanos más críticos, responsables, exigentes y participativos en el seno de sus comunidades y en la toma de decisiones. Frente a ciudadanos formados, la “infodemia” no permea.

Asimismo, mejorar las capacidades de alfabetización mediática e informativa de las y los ciudadanos les permitirá reconocer, valorar y, simultáneamente, defender y exigir una información honesta y fehaciente; consolidándose así una sociedad de la información en la que la prensa, en sus diferentes soportes, sea un actor esencial, proveedor de un bien común.

Los tiempos son complejos. Debemos ser plenamente conscientes de la importancia del derecho al acceso a la información con el objeto de proteger la salud pública. También debemos reconocer que la crisis económica generada por covid-19 ofrece la oportunidad de avanzar en la recuperación digital, sostenible e inclusiva, sin dejar a nadie atrás, y cerrar la brecha digital entre géneros, regiones y países, mediante la equidad de acceso a la información.

La crisis también ha empeorado la situación para el ejercicio independiente de la libertad de prensa. Los medios de comunicación se han visto especialmente afectados por una reducción de financiación. Como ha señalado el Parlamento Europeo, el sector de la información está haciendo frente a una caída masiva de ingresos, pudiendo, lamentablemente, significar una pérdida de información clara y objetiva capaz de contrarrestar flujos de desinformación, que siembran confusión, discordia y división.

La dependencia financiera de los medios de comunicación por parte del Estado también representa una amenaza para la libertad de prensa. En palabras de Ryszard Kapuściński, lo más amargo para un periodista es “tener una información de importancia mundial y no poder transmitirla”.

Finalmente, queremos hacer un respetuoso homenaje a los hacedores de un periodismo responsable, que trabajan, en muchas ocasiones, en circunstancias difíciles, incluso bajo la amenaza a su vida. Proteger a los periodistas es un deber para las autoridades públicas, con el apoyo de todos los sectores de la sociedad.

El Día Mundial de la Libertad de Prensa es una ocasión para recordar y rendir tributo a las y los periodistas asesinados, así como para exigir justicia y castigo a estos crímenes, que no deben quedar impunes.

En este contexto, iniciativas como la plataforma para promover la protección del periodismo y la seguridad de los periodistas, creada por el Consejo de Europa con organizaciones no gubernamentales, cobran una gran relevancia. En México, también, la Unión Europea trabaja para defender la labor periodística, apoyando el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.

En 1945, la Constitución de la Unesco ya instaba a facilitar la libre circulación de las ideas por medio de la palabra y de la imagen. Dejémoslas volar, libre y limpiamente, para seguir creciendo como ciudadanos y como sociedades democráticas.

 

                *Juan López-Dóriga Pérez, embajador de España,
                y Gautier Mignot, embajador de la Delegación
                de la Unión Europea, en conjunto con los
                embajadores de los países miembros de la
                Unión Europea acreditados en México.

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