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Asalto a la soberanía mexicana

Columnista Invitado Nacional

Columnista Invitado Nacional

 

Por: Imelda Castro Castro *

La noche del viernes 5 de abril de 2024, en la ciudad de Quito, un grupo de militares ingresó por la fuerza a la Embajada de México en Ecuador, buscando apresar al exvicepresidente de ese país, Jorge Glas. En su objetivo, el grupo armado agredió al personal diplomático de la embajada, quienes, conscientes del atropello que estaba sucediendo, trataron de impedir el ingreso y sustracción del exvicepresidente. Se trató, a todas luces, de un acto sin precedentes contra el derecho internacional y, por ello, será recordado en la historia como un episodio penoso para el país del cono sur y para la diplomacia.

La Cancillería mexicana y el presidente de México no tardaron en tomar la decisión de romper relaciones diplomáticas con Ecuador, así como en repudiar el allanamiento ilegal y violento a la embajada, en el que orillaron al personal diplomático a exponer su dignidad y su vida. La de México fue una decisión de lo más lógica y válida, y las revelaciones y respaldos internacionales que han surgido en los días siguientes han dado cuenta de que no existía perspectiva legal ni política para justificar la intrusión armada realizada por el gobierno ecuatoriano.

En los primeros cinco días después del asalto a la embajada, un total de 35 países, la Unión Europea y 10 organismos internacionales ya se habían pronunciado al respecto, la mayoría de éstos condenando la irrupción y solidarizándose con México. El 9 de abril, Estados Unidos reprobó formalmente el acto y ese mismo día la Organización de los Estados Americanos (OEA), en sesión del Consejo Permanente, con 29 votos a favor, uno en contra y una abstención, aprobó la resolución Intrusión de la Policía Ecuatoriana en la Embajada de México en violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, y la Institución del Asilo Diplomático, con la que condena enérgicamente la intrusión en las instalaciones y reafirma la obligación de todos los Estados de respetar los privilegios e inmunidades de las misiones diplomáticas.

A pesar de todo esto, hay quienes, dentro de la oposición, se han negado a ver lo intransigentemente inaceptable de este ataque. Algunos, incluso, de manera absurda e incomprensible, han pedido perdón a Ecuador por lo ocurrido, sin darse cuenta de que su aversión al Presidente de México y al proyecto de la Cuarta Transformación los ha llevado a darle la espalda a su país movidos meramente por el odio.

Si bien la manera en la que fue escalando el conflicto con Ecuador tiene distintas aristas, como bien lo dijo la canciller Alicia Bárcena: si el gobierno de Ecuador tenía una interpretación diferente respecto a las convenciones de asilo, debió de haber recurrido a procedimientos pacíficos, tal como lo establece la Carta de las Naciones Unidos o el Pacto de Bogotá.

A las actuales autoridades de Ecuador se les olvidó que ese país dio asilo a Julian Assange por siete años en su embajada de Londres y la comunidad internacional estuvo atenta a las amenazas del gobierno británico de invadirla para apresar al fundador de WikiLeaks. Incluso en ese caso, los procedimientos para el arresto de Assange se llevaron a cabo de manera legal y pacífica. Por ello, episodios como los de Quito remarcan lo trágico que resulta el desconocer la propia historia y la diplomacia y, más aún, evidencian que en algunos apremian los impulsos y los rencores políticos por sobre el derecho.

Las dos guerras mundiales del siglo XX hicieron a los países ver la necesidad de procurar la paz y privilegiar siempre la diplomacia. En este aspecto, los países de América Latina tienen una historia en común que nos hermana y México ha sido tradicionalmente un lugar de asilo político, de tal manera que el pueblo de Ecuador siempre tendrá en los mexicanos a un pueblo hermano y solidario.

En su intervención del día 9 de abril, el secretario general de la OEA, Luis Almagro, recordó el caso de la maestra y activista Elena Quinteros, quien en 1976 fue sustraída por la fuerza de la embajada venezolana para luego ser desaparecida durante los tiempos de la dictadura en Uruguay. Hoy, Ecuador se enfrenta a que se le juzgue en ese mismo aspecto, pero estamos seguros de que algún día la gente de Ecuador verá tiempos mejores.

 

* Senadora de la República
 

 

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