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Distintas formas de esclavitud posibles

Clara Scherer

Clara Scherer

Toni Morrison tocó temas profundamente dolorosos: el racismo, la injusticia social por la diferencia de clases y los abusos cometidos por la discriminación sexual. Decía que “el lenguaje y la historia habían sido arrebatados a su comunidad”. Quiso “devolver la dignidad humana a quienes habían sido desposeídos de ella”. Escribió intentando separarse de “la mirada blanca”.

Difícil misión, pues, como dice Eduardo Lago, nombrar “el horror cotidiano, la bruma que tiende a ocultarlo, y la necesidad de reaccionar en nombre de la justicia” para restituir la dignidad, es un primer peldaño en una escalera laberíntica; peldaño que intenta hacer consciente a los demás, para evitar continuar con el daño. Difícil misión, cuando, además, se tiene “el trauma de la esclavitud como trasfondo”.

Describe situaciones límite: una mujer que decide dar muerte a su hija de dos años antes de permitir que viva como esclava, recuerda casos en México como el de Elvira Cruz. En Ojos azules, cuenta el profundo daño que hace en las niñas, el “aparentemente banal” concepto de belleza impuesto, y la silenciada voz femenina, discriminada por la sociedad y el Estado, abandonada, maltratada y alejada de la educación para ocuparse del cuidado de hij@s y del hogar. La desaparición de las estancias infantiles se suma a este daño.

Sus frases se pueden interpretar de muy distintas formas: “Eres muy inteligente... ¿Qué quieres ser de mayor? —Un hombre— dijo.” ¿Será que no desea ser un macho? Para salir de dudas, hay que leer Volver. Y pudiera ser que una mujer negra exclamara: “Y eso era el amor: un respeto sin motivo concreto.” Leamos Paraíso. Sobre ese horrendo prejuicio: “Nacer en la calle —o en una cuneta, como a veces decía— era el preludio de una vida indigna y de pecado. “¿Seguimos en eso de “infancia es destino”? Volver.

Y para prender semáforos de amarilla luz al presente mexicano: “El cambio era una adaptación, no una mejora...” Ojos azules. “Allí, en el centro de ese silencio (¿del poder ante la crítica?), encontraba no la eternidad, sino la muerte del tiempo, y una soledad tan profunda que la palabra misma perdía todo sentido”. Sula. “Concentré mi atención en cómo algo tan grotesco como la demonización de toda una raza podía echar raíces dentro del miembro más delicado de la sociedad: una niña. El miembro más vulnerable: una criatura del sexo femenino”. Ojos azules. ENADID 2014: porcentaje de las adolescentes de 15 a 17 años con algún embarazo: 9.6 por ciento. De 17 años: 55.1 por ciento. De 16 años: 30.1% y de 15 años 14.8 por ciento. “Tú y yo tenemos más ayer que nadie. Necesitamos alguna suerte de mañana”. ¿La sociedad mexicana a AMLO? Beloved.

“¿Cuándo piensas casarte? Tienes que tener niños. Eso te calmará. —No quiero hacer otras personas. Quiero hacerme a mí misma”.  Sula; “¿Comprendes lo que quiero decir? Mírate. Eres libre. Nada ni nadie está obligado a salvarte salvo tú misma. Siembra tu propia tierra. Eres joven y eres mujer, y las dos cosas son limitaciones importantes, pero también eres una persona. No dejes que (...) ni ningún novio alfeñique, ni por supuesto ningún maldito doctor, decida quién eres. Eso es la esclavitud. Dentro de ti, en algún lugar, está esa persona libre de la que te estoy hablando. Encuéntrala y permite que haga algún bien al mundo.” ¡Sentencias urgentes para las madres y padres de niñas mexicanas! Volver.

México: “El pánico terminó por desaparecer y los gritos de la mujer herida se confundieron con el rumor del tráfico cotidiano.” Paraíso. En las ciudades mexicanas es común la sensación de inseguridad y falta de protección, de no poder caminar por la calle, de no poder viajar en el Metro sin sentir que en cualquier momento pueden acosarlas o abusar de ellas. “Identificar unos 26 mil cuerpos aparecidos en 1.100 fosas clandestinas” (https://elpais.com/internacional/2019/02/07/mexico/1549562263_686126.html.) “Tú sabes tan bien como yo que la gente que muere mal no se queda bajo tierra”. Beloved.

“La lección que había aprendido en sesenta años de esclavitud y diez de libertad: en el mundo no había mala suerte, sino blancos”. Beloved. Lecciones de Toni Morrison, primera afroamericana que ganó el premio Nobel de Literatura en 1993.

 

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