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Guillermo Soberón y la fundación de la UAM

Carlos Ornelas

Carlos Ornelas

El lunes 12 de octubre falleció Guillermo Soberón Acevedo; hay duelo en la academia mexicana. Fue un científico, médico y político y dejó huellas; la más importante, su rectorado de ocho años en la Universidad Nacional Autónoma de México y la creación de instituciones en su seno.

Son muchos los reconocimientos que merece. Voy a destacar su contribución en la creación de mi Casa abierta al tiempo. Una vez que el presidente Luis Echeverría Álvarez lanzó la iniciativa de fundar una nueva universidad en el Valle de México, Víctor Bravo Ahuja, entonces secretario de Educación Pública, Alfonso Rangel Guerra, secretario general de la Asociación Nacional de Instituciones de Educación Superior, Víctor Urquidi, presidente del El Colegio de México y otras personalidades, junto con Guillermo Soberón armaron deliberaciones para diseñar la nueva universidad.

La creación de la novel institución no fue un evento aislado del contexto nacional ni del ambiente internacional de cambios en la educación superior. No obstante, el nacimiento de la nueva universidad tuvo una gestación peculiar. No fue producto de una ocurrencia, pero tampoco obedeció a un proceso planeado ni a estudios profundos. Perseguía fines de legitimación del Estado, pero también buscaba que se innovara, que hubiera cambios reales en las estructuras de organización del trabajo académico —con énfasis en la investigación científica— y en las creencias de los actores internos y en las formas de ejercer la autoridad.

Entre 1982 y 1989 entrevisté a quienes participaron en aquel equipo que, con una mirada de plazo largo, vislumbraron a una institución pujante, innovadora y necesaria para el desarrollo del país. Compilé las entrevistas en forma de ensayos en Hace 40 años: la fundación de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM-Xochimilco, 2014); la conversación con el exrector de la UNAM fue el 28 de julio de 1986.

Expresó muchas cosas y subrayó su compromiso para apoyar que lo mejor dentro de su profesorado se mudara para fortalecer a la UAM, aunque significara pérdidas para facultades y escuelas de la UNAM. Textual: “Recuerdo de manera muy clara que Luis Villoro, quien fue uno de sus primeros profesores y era un universitario muy consagrado, de gran prestigio, llegó un día a plantearme directamente, con la franqueza que emanaba de nuestra amistad, qué pensaba yo en relación con su migrar a la UAM. Le dije: bueno, pues la verdad es que no solamente creo que los mejores profesores deben tener facilidades para irse, sino que ojalá que sean multiplicadores y que el entusiasmo con que se van contagia a otros”.

Y así fue, muchos de los primeros profesores y dirigentes llegaron de la UNAM. Pudiera decirse que la UAM es su hija legítima, pero con personalidad y carácter propios.

Guillermo Soberón será recordado por muchas de sus acciones. Una de las más importantes y —paradoja, menos conocida— es su participación en la Fundación de la UAM. ¡Descanse en paz!

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