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Xóchitl, hasta con el diablo

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

  • La hidalguense tiene claro que no está en el ánimo de Jorge Romero, cuyo grupo definirá la candidatura.

A sabiendas de que no es la favorita del PAN para ser candidata a jefa de Gobierno en 2024, la senadora Xóchitl Gálvez no se duerme en sus laureles y lleva un rato tocando otras puertas para ver si se le abre alguna.

La hidalguense tiene claro que no está en el ánimo de Jorge Romero, cuyo grupo definirá la candidatura, pero eso no la desanima a seguir peleando. De hecho, le da ánimos para tratar de imponerse, pues le gusta venir de atrás.

La senadora se ha reunido lo mismo con gente de Ricardo Monreal en la Ciudad de México que del canciller Marcelo Ebrard, para ver si encuentra una rendija para colarse en el siguiente proceso electoral.

Incluso tiene las simpatías de Claudia Sheinbaum, con quien coincidió cuando ambas eran jefas delegacionales en Miguel Hidalgo y Tlalpan, respectivamente. Dicen que la jefa de Gobierno preferiría a Xóchitl como carta de la oposición que cualquier otra opción.

A veces en restaurantes y otras en domicilios particulares, pero la senadora va a donde la inviten y la quieran escuchar, aunque todas las señales indican que el PAN no la dejará pasar.

Incluso algunos albiazules les han pedido a sus colegas del PRD y del PRI que la veten en las mesas de la alianza a fin de sacarla de la carrera, donde está más que claro que el candidato será el alcalde Santiago Taboada Cortina.

A Xóchitl ya le dijeron abiertamente que no es la favorita, que si se baja ahora de la contienda la pueden premiar con un buen hueso. Incluso si quiere repetir como senadora se lo pueden conceder, a cambio de levantarle la mano a Taboada Cortina.

Por supuesto, le dieron la opción de seguir corriendo por la candidatura, pero le advirtieron que, si no la obtiene, que se olvide de cualquier premio de consolación; es bajarse ahora o nunca para ser recompensada.

Pero, testaruda como es, Gálvez está estirando la liga, sobre todo por los apoyos externos que ha recibido para que no se baje de la contienda en la alianza. La hidalguense hace la talacha todos los días y, al final, barato no se las va poner a los suspiritos azules.

Y quizá tenga razón en seguir insistiendo, mientras Santiago no salga de frente a decir que él es el bueno y que le hagan como quieran. Porque el alcalde sale un día muy echado para adelante y al otro desaparece, lo que descontrola a sus seguidores.

Que diga si es o no es, no le vaya a pasar lo de la fábula de Pedro y el Lobo, que cuando jure que ahora sí es en serio, ya nadie le crea.

Por lo pronto, Xóchitl se reúne hasta con el diablo.

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CENTAVITOS

La confirmación del líder panista, Marko Cortés, en el sentido de que el PAN exigirá, al menos, un millón de firmas de apoyo a quien aspire a ser su candidato presidencial en 2024 generó más dudas que certezas, sobre todo entre los propios panistas. En primer lugar, porque el partido apenas rebasa los 300 mil militantes, muy lejos de lo que el dirigente pide para sentarse a negociar. En segundo lugar, porque está claro que la medida busca desactivar a la senadora Lilly Téllez, quien se les está yendo en las encuestas. Quizá Marko ni siquiera se ha puesto a pensar que si ningún panista logra juntar esas firmas, cómo van a imponer candidato a la alianza; es más fácil que hasta el PRI las junte. Pero, además, ¿si Morena u otros maloras meten mano para otorgarle firmas a X o Y, por ejemplo? Y si a nivel federal el PAN pide un piso de un millón de firmas, ¿por qué no pedir, digamos, 500 mil para quien quiera ser jefe de Gobierno? Qué ganas de complicarse.

 

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