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Taboada y Rubalcava, sueños guajiros

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

 

 

La alianza opositora de alcaldes de la Ciudad de México lanza cotidianamente una declaración conjunta, para exigir a Claudia Sheinbaum un trato más igualitario hacia ellos, y tomarse la foto.

Si bien se ven hasta bonitos formados uno al lado del otro, hay que esperar al Presupuesto 2022 para la capital, y luego ver cómo les empieza a ir en sus territorios, a ver cuánto se adoran.

La mayoría llegó gracias a la alianza que sus respectivos partidos hicieron contra Morena en junio pasado, y a raíz de su victoria, formaron la Unión de Alcaldes de la CDMX; es claro que su unión no tiene futuro.

La primera razón es que las dirigencias nacionales del PRI, PAN y PRD traen intereses muy distintos a los de sus alcaldes capitalinos, que serán arrastrados a las dinámicas de las negociaciones de Sí por México.

Una segunda es la fractura aliancista en el Congreso de la capital, donde las bancadas opositoras chocaron de frente, sobre todo con el grupo parlamentario del PAN, por la repartición de los espacios de poder y dinero.

Los acuerdos que hacían los dirigentes locales de los partidos no transitaban con sus diputados en Donceles, y viceversa. Ahí comenzaron las diferencias, que fueron ahondadas desde el gobierno capitalino para partir al bloque opositor, y evitarse dolores de cabeza posteriores.

Pero también comenzaron a surgir los egos entre los alcaldes, quienes más tardaron en sentarse en sus sillas, que en dejar en claro que buscarán la candidatura de la alianza para la jefatura de Gobierno en 2024.

Quienes lo han hecho público hasta el momento son Santiago Taboada, de Benito Juárez, y Adrián Rubalcava, de Cuajimalpa, que, además, son los únicos que ya no podrán reelegirse; los otros siete pueden esperar.

Es obvio que Taboada y Rubalcava son los más experimentados y los mejor calificados en la capital, por lo que méritos no les faltan. Pero en la alianza sólo cabría uno de ellos, y por más que buscarán hacer equipo, ninguno aceptaría ser el número 2.

Y qué bueno que se ilusionen y busquen abiertamente la postulación, pero además del problema que implicaría llegar a un acuerdo entre ellos y sus respectivos dirigentes en la CDMX, faltaría lo más importante: que sus dirigencias nacionales quieran.

Desgraciadamente para ellos, su designación tendría que pasar por las negociaciones que sus mayores hagan para ver qué partido se queda con la candidatura presidencial, y a cuál le toca la capital.

Históricamente en la ciudad, ningún político ha brincado de una delegación a la jefatura de Gobierno, ni siquiera como candidato.

El lugar siempre lo reservan para un personaje sin trabajo territorial, pues los dirigentes acostumbran a usar a la CDMX como premio de consolación para sus figuras, que vienen a desplazar a quienes sí trabajan el territorio.

Lástima por Santiago y Adrián, que méritos tienen de sobra, pero como dijera Chava Flores: “¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?”.

 

CENTAVITOS

Por cierto, llamó la atención el tuit en el que la alcaldesa en Cuauhtémoc, Sandra Cuevas, se desvive en elogios para la dirigente del PRD capitalino, Nora Arias, a quien llamó “mi presidenta”. Sandra agradeció a Nora haber consolidado en ella las bases políticas “que me hacen sentir orgullosa de ser perredista”. Está clara la admiración por la exjefa delegacional de la GAM, ¿pero qué no la alcaldía Cuauhtémoc era una posición del PRI en la alianza opositora? Bueno, como quiera la alcaldesa ya dio señales y dice que su corazón es amarillo.

 

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