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Se achican diputados ante Sheinbaum

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

  • En la comparecencia de la jefa de Gobierno, nadie podrá preguntar, interrumpir ni interpelar a la invitada.

Qué agachones salieron los diputados del Congreso capitalino, quienes luego de que Claudia Sheinbaum los dejara hasta el último lugar en la presentación de su Cuarto Informe, aceptaron sin chistar hacerle fiesta el próximo viernes.

Al aprobar el formato para la comparecencia de la jefa de Gobierno, los legisladores aceptaron que hable brevemente un diputado por partido; que la funcionaria use el micrófono el tiempo que quiera, y que el presidente de la Mesa Directiva, Fausto Zamorano, cierre con un mensaje.

Nadie podrá preguntar, interrumpir y menos interpelar a la invitada. Los dueños de casa se limitarán a escuchar sentaditos en sus bancas, como buenos niños, a que Sheinbaum les diga lo que ella considere que deben saber del manejo de la ciudad.

Es una vergüenza que en un Congreso donde se debate todo el tiempo la vida de la capital, sus diputados acepten que les amarren las manos y les pongan un bozal. Sobre todo porque en un sistema democrático debe haber rendición de cuentas al pueblo, a través de ellos.

Si la cosa iba a ser así, para qué gastar el dinero de los contribuyentes en el lucimiento de una persona, que en lugar de que sea cuestionada, va a ser la muñequita del pastel.

Mejor que les mande su discurso y que los diputados lo lean si quieren, porque es obvio que lo que ellos tengan que decir no le interesa a la jefa de Gobierno, quien ya trae la cabeza en otro lado.

Si Claudia quería fiesta, al menos hubiera puesto el salón, como ocurrió el lunes en el Auditorio Nacional, y no que los diputados limpien y sacudan su casa para que ella tenga su vals.

Claro que no se trata de atacarla, pero sí de exigirle cuentas, pues la capital no es la ciudad que ella imagina en sus sueños. Quiere vender la idea de que todo es maravilloso aquí, y que eso se puede ampliar al país si ella es presidenta en 2024.

Seguro volverá a decir que una de las cosas que enorgullecen a su administración es la movilidad que le ha dado a la capital. ¿Alguien podrá decirle que el tráfico es terrible, el transporte público es pésimo, los ciclistas atropellados aumentan y que el Metro nomás no camina?

Porque, casualmente, mientras ella recibía los gritos de “presidenta” en el Auditorio Nacional, los usuarios de la Línea 7 eran desalojados por una de las cotidianas fallas en ese transporte.

Claudia va a presumir que su gobierno hará una inversión histórica en el Metro, pero no tocará el tema de la Línea 12, que en mayo de 2021 se cayó y dejó 26 muertos y más de cien heridos. Prometió que estaría rehabilitada en menos de un año; van 17 meses y contando.

Con tanto pendiente, los diputados sólo se ocuparán de lavarse la carita, peinarse con gel y bolear sus zapatitos para recibirla como se merece.

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CENTAVITOS...

Por cierto, qué cinismo de los morenos, pues mientras en sus curules de Donceles colocaban cartelones condenando la masacre estudiantil por parte del Ejército hace 54 años en Tlatelolco, en el Senado su partido impulsaba con todo la militarización del país. A lo mejor hubiera sido buen momento para recordar que el 5 de diciembre de 2018, cuando asumió la Jefatura de Gobierno, Sheinbaum anunció la desaparición de los Granaderos, porque reprimieron también a los estudiantes. Igual aseguró que no aceptaría la Guardia Nacional en la CDMX, pero hasta cuarteles les construyó; ya hasta apoya la militarización del país. Nadie dijo nada en el recinto; igual y se cohibieron porque quien preside las sesiones es un general en retiro.

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