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La chistera de Florencia

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

Quienes conocen la operación del Metro se preguntan cómo es que Florencia Serranía le va a hacer para incorporar 19 nuevos trenes al Sistema de Transporte Colectivo Metro, si dice que las anteriores administraciones le dejaron un cochinero.

Porque la directora de ese sistema se la ha pasado —fiel reflejo de su jefa— culpando al pasado de todos los males al sufrido Metro. Dice que esa área está plagada de corrupción, pero, al más fiel estilo de la 4T, no da un solo nombre de los responsables.

Hasta donde se sabe, la licitación y el proceso para la adquisición de nuevos trenes tarda alrededor de año y medio, y ella apenas lleva tres meses en el cargo. Entonces, ¿cómo le hará la amiga de Claudia Sheinbaum?

Porque los trenes para el Metro no se anuncian en Segunda Mano o en Mercado Libre; menos se consiguen en algún tianguis como el de San Felipe de Jesús, por ejemplo.

Entonces, ¿de dónde vendrán las nuevas unidades que darían un respiro al servicio que da el transporte más importante de la capital?, que, con todo y sus descomposturas, robos, secuestros y retrasos, sigue siendo vital.

¿No será que “las anteriores administraciones corruptas” le dejaron listo ya un paquete de nuevos trenes que podrán integrarse a las líneas más complejas para desahogar el pasaje de una mejor manera?

Porque, en una de ésas, Florencia y su jefa quieren hacer caravana con sombrero ajeno, criticando todo lo malo que fueron los anteriores directores del Metro, pero aprovechando la compra de trenes que dejaron lista y planchada, y que es un proceso nada fácil.

A pesar de que ya había tenido la experiencia de dirigir el STC cuando Andrés Manuel López Obrador fue jefe de Gobierno del DF, Serranía actúa como novata y toma decisiones que enardecen más a la de por sí molesta ciudadanía.

La más reciente fue que, al más fiel estilo del pejismo, dispuso del paro de todas las escaleras eléctricas de la Línea 7 del Metro, que son las más profundas de todo el sistema, porque hace una semana falló una de ellas, de lo cual —por supuesto— culpó a la corrupción.

En nombre de los corruptos —de los que la 4T sigue sin dar un solo nombre—, Florencia dejó sin escaleras eléctricas —sin avisar— a cientos de miles de usuarios, entre los que abundan adultos mayores, madres con sus hijos y personas con discapacidad.

A lo mejor piensa que todos los vagones del Metro van vacíos, como la foto que difundieron de Sheinbaum en la Línea 2 del Metro, en la que iba solita; nadie la peló ni le dio el asiento en un vagón lleno de hombres, pero todos la respetaron.

En dos de las cosas principales a las que Claudia se comprometió cuando llegó al gobierno, que fueron la seguridad y el transporte-movilidad, ha fallado lamentablemente, al grado de que muchos ya empiezan a decir que “estábamos mejor cuando estábamos peor”.

Por lo pronto, esta mañana, el PAN le organizará un contrainforme de sus primeros cien días como jefa de Gobierno.

CENTAVITOS… Y siguiendo en los cien días, que es muy común en cualquier parte del mundo, mal y lo que le sigue se vieron los morenos el martes pasado al llamar a abandonar la sesión plenaria para romper el quórum cuando el perredista Víctor Hugo Lobo hablaba sobre el trabajo del Pejidente. A los morenos se les olvidó que son mayoría en Donceles, pero lo peor es que evidenciaron la carencia de recursos para debatir con argumentos ante la oposición. Y, claro, ante su ineptitud, optaron por lo más fácil: crear el vacío, creyendo que con eso taparían su ineptitud.

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