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Hierve la granja morena

Adrián Rueda

Adrián Rueda

Capital político

Como locos se pusieron los diputados de Morena ante las versiones de que José Luis Rodríguez pastorea a 24 de sus compañeros de la fracción pejista en Donceles y los utilizará para quedarse con la coordinación que dejará vacante Ernestina Godoy.

Del equipo de Claudia Sheinbaum y de los propios compañeros de Rodríguez llegaron mensajes para decir que ni de chiste será él quien los coordine, que en realidad no cuenta con apoyo y menos para encabezarlos.

Y a lo mejor es cierto, pero el hecho es que la mayoría de sus colegas recurre a él cuando requiere de solucionar cualquier cosa, desde un asunto administrativo hasta algún acuerdo con diputados de las otras fracciones.

En apariencia, quien hace esa tarea en Donceles es Eduardo Santillán, el actual vicecoordinador, que se reúne con los líderes de las demás fracciones y da instrucciones en el Salón de Plenos para votar de una u otra forma las iniciativas o designar a los oradores.

Tanto José Luis como Lalito son las cabezas visibles y quienes mayores posibilidades tienen de sustituir a Ernestina, que desde que llegó demostró que eso de coordinar no es lo suyo, y menos en una fracción tan nutrida de mañosos o de inexpertos.

Porque el Grupo Parlamentario de Morena está compuesto por lo peor del PRD y por algunos oportunistas que vieron la posibilidad de agarrar hueso y se subieron al camión pejista en las pasadas elecciones.

Si es uno u otro, el poder desde las sombras en Donceles es lo de menos, lo único cierto es que la fracción es un hervidero y que Godoy no controla ni a sus nietos, parodiando al expresidente Luis Echeverría.

Y quizá lo que pasa en el grupo de morenos es algo hasta natural, pues al tener todo en sus manos, sin rivales al frente para combatir, lo único que los podría mover sería el canibalismo, y eso justamente es lo que está pasando.

Ya no existe La Mafia del Poder, por la sencilla razón de que ya está con ellos. Tampoco existe el PRD, que está al borde de la extinción, y no hablemos del PRI o de los otros partidos de la chiquillada, que sencillamente no existen.

Sin rivales en la oposición, los únicos oponentes que pueden considerar fuertes son precisamente sus propios compañeros, por lo que sólo están a la caza de algún error para ocupar su lugar.

Cierto que los morenos tienen una abrumadora mayoría, pero entre que son bastante malitos unos y bastante mañositos otros, no se hace uno.

Si Ernestina nunca pudo controlar a sus compañeros cuando estaba recién designada como jefa, ahora que ya todo el mundo sabe que se va de Donceles, pues menos; eso la debilita. Para qué acordar con quien tiene las horas contadas y ya se va.

Mejor hacerlo con el que vaya a llegar; el problema es que aún no tienen la certeza de quién la sustituirá en la posición, y quizá por esa razón es que todo el mundo anda como loco, lo que hace hervir la granja.

CENTAVITOS… Todo el mundo aplaude y hasta se suma a la iniciativa del alcalde panista en Benito Juárez, Santiago Taboada, de frenar todos los permisos de construcción hasta nuevo aviso. Qué bueno, porque, en verdad, los constructores han estado abusando, ¿pero alguien se habrá puesto a pensar que la industria de la construcción es el motor del empleo y un elemento vital para la economía? Alguien tendrá que hacer cuentas no sólo de las obras paradas, sino de los empleos perdidos.

 

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