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Bien por la Suprema Corte al liberar a Florence Cassez

Leo Zuckermann

Leo Zuckermann

Juegos de poder

Entre marzo de 2012 y enero de 2013 lo que cambió fue la presencia de un nuevo ministro en la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). A él se debe que la Corte haya liberado ayer a Florence Cassez. Me refiero a Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien sustituyó a Guillermo Ortiz Mayagoitia en la Primera Sala conformada por cinco ministros. El nuevo ministro se sumó a la postura que tuvieron los ministros Arturo Zaldívar y Olga Sánchez en marzo pasado. Esa fue la diferencia.

En marzo de 2012, el posible amparo de Cassez se debatió en la Primera Sala. El ministro Zaldívar presentó la ponencia argumentando que la francesa debía ser liberada porque la autoridad no había respetado sus derechos constitucionales a un debido proceso. La policía había echado a perder las pruebas que tenía en su contra al no haberla puesto a disposición de un Ministerio Público inmediatamente y avisar al Consulado de Francia. Además había armado un montaje mediático en su contra. La violación de los derechos constitucionales de Cassez corrompía, por tanto, las pruebas y, como éstas tenían que desecharse, no se podía establecer su culpabilidad en los delitos de secuestro, acopio de armas y delincuencia organizada.

La ministra Sánchez estuvo a favor de este proyecto. Pero, como la propuesta no alcanzó los tres votos para otorgar un amparo, el asunto fue turnado a la misma Sánchez para que elaborara un nuevo proyecto de sentencia. Ayer lo presentó. Proponía un “amparo para efectos”, es decir, desechar las pruebas corruptas y regresar el caso al juez para que éste dictara una nueva sentencia ya sin ellas. El ministro José Ramón Cossío estuvo de acuerdo, pero sólo si se desechaban algunas de las pruebas, no todas las que proponía Sánchez. El ministro Jorge Mario Pardo votó en contra de cualquier tipo de amparo. El ministro Zaldívar sostuvo su postura de marzo: debía darse un amparo liso y llano para liberar a Cassez. Luego vino la sorpresa: el ministro Gutiérrez apoyó la postura de Zaldívar. Había, entonces, dos votos a favor de un amparo directo. Al observar esto, y de manera congruente, la ministra Sánchez desechó su propio proyecto y regresó a su postura original de marzo de liberar a Cassez. Ergo: tres votos a favor de que efectivamente se violaron los derechos constitucionales de la francesa.

Bien por el ministro Gutiérrez que se unió a Zaldívar y a Sánchez. El nuevo miembro de la SCJN no se metió a juzgar si Cassez era culpable o inocente, sino a ver si “le respetaron sus derechos fundamentales”. Y resulta que no. En sus palabras: “Se afectó el debido proceso legal y la obtención de la prueba ilícita, al existir demora en la puesta a disposición ministerial, y bajo la agravante del montaje, que deviene de una escena reproducida ante los medios masivos de comunicación, con inducción hacia las víctimas y testigos de cargo, se vulneraron los derechos fundamentales de carácter sustantivo, presunción de inocencia y libertad”.

Sé que muchos mexicanos, quizá la mayoría, están en contra de esta decisión porque piensan que Cassez es culpable y debía permanecer en la cárcel. El problema es que los jueces que juzgaron a la francesa lo hicieron con pruebas que carecían de fiabilidad. Como la autoridad pisoteó los derechos de la inculpada, vició todo el proceso judicial. Y eso, en cualquier país que se precie de ser una democracia-liberal-constitucional, le da el derecho a una persona a salir libre.

Quizá sea terrible porque, en una de esas, la francesa efectivamente secuestraba. Pero no se vale que las autoridades judiciales pisoteen los derechos constitucionales de todos aquellos que habitan en México, sean nacionales o extranjeros. Ese es el mensaje que ha enviado la SCJN. Un mensaje importantísimo para consolidar nuestra democracia-liberal. Al defender los derechos de Cassez, la Suprema Corte en realidad está defendiendo los derechos de todos nosotros a un debido proceso judicial.

¿Y los derechos de las víctimas a recibir justicia?, me preguntarán. Desde luego cuentan. Son fundamentales. Pero no por eso la policía y el Ministerio Público deben actuar violando la Constitución. En este caso, más que irle a reclamar a los ministros de la Corte por los derechos de las víctimas, hay que reclamárselos a los que corrompieron las pruebas para lucirse frente a los medios de comunicación. Ellos son los verdaderos responsables de que Cassez hoy esté libre.

Twitter: @leozuckermann

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