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José Emilio Pacheco “Me falta por aprender”

En la recepción del premio Alfonso Reyes que otorga El Colmex, el poeta dictó una conferencia magistral sobre Las batallas en el desierto

Sonia Ávila | 14-10-2011

CIUDAD DE MÉXICO, 14 de octubre.- Atónito por los destellos de las cámaras fotográficas, pero notoriamente alegre y de buena salud, José Emilio Pacheco (Ciudad de México, 1939) recibió el diploma y el cheque del Premio Alfonso Reyes que El Colegio de México le otorgó en reconocimiento a su labor literaria, a su aporte a las humanidades y, en particular, por ofrecer a los lectores diversión con las letras.

Sin dejar el buen humor y una que otra broma, el poeta, narrador, cuentista, traductor y ensayista insistió en que desconoce la razón para merecer el premio:  “¿Y yo por qué?”, expresó al público, quien de inmediato lanzó una carcajada. “¿Qué he hecho?”, reiteró Pacheco y agradeció la relación de más de 22 años con El Colmex.

Al asegurar que éste será el último premio que reciba, el autor de Morirás lejos y El principio del placer dijo rechazar los títulos académicos, casi nobiliarios, que muchos suelen anteceder a su nombre como doctor honoris causa; pues ante todo, dijo, es un escritor, un contador de historias que desde joven encontró pasión en las letras mexicanas.

“Me falta tanto por aprender y siento que ya no hay mucho tiempo, me falta conocimiento, creo que no he leído lo suficiente”, afirmó el Premio Cervantes 2009, quien prefirió no revelar los títulos de las obras en que trabaja actualmente, para “no echarles la sal”.

Sin embargo, aseguró que su creatividad sigue maquilando, continúa la asidua lectura y el esfuerzo por entender el presente: “Me emociona la lectura de las notas de prensa, pero aún no me explico la actualidad”, añadió.

Con un auditorio lleno principalmente de estudiantes, acompañado de su esposa Cristina Pacheco y  amigos cercanos como Vicente Rojo, Joaquín Díez-Canedo, Alicia Reyes y Consuelo Sáizar, presidenta del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el escritor relató algunos episodios de cómo nació su novela cumbre Las batallas en el desierto, que cumplió 30 años en abril pasado.

“Desde hace años he tenido el honor de trabajar con mi amigo Vicente Rojo, él hizo unas caricaturas sobre su infancia durante la Guerra Civil y un día escribí un texto sobre ellas. Luego Fernando Benítez me pidió un texto para su suplemento Sábado, le dije que no tenía nada más que ese texto y lo publicó. De inmediato me dijo que lo llevaría a la editorial y yo le dije de menos dame tiempo para corregirlo”, recordó.

Después de algunos ajustes, continuó, la novela se publicó en mayo de 1971 por la Editorial Era y desde entonces se apoderó de los lectores jóvenes.

“Tal vez porque los maestros la adaptaron para sus clases, pero es una novela que funciona sola, a partir de la segunda reimpresión ya no me pertenece”, dijo.

Y es que, el poeta, que de joven cenaba con Sergio Pitol y caminaba por la calles de la ciudad con Carlos Monsiváis, aseguró que su novela breve le pertenece a los lectores, a los directores que la hicieron película y obra de teatro, a quienes se identifican con “Carlitos”, a quienes disfrutan revivir la colonia Roma de los años treinta.

Reiteró que no es autobiográfica; primero porque él tuvo una infancia aburrida, no tuvo un hermano y los amores y desamores que protagonizan la historia no le ocurrieron.  “El libro lo sabe todo, el autor nada”, añadió.

Lo cierto es que la novela cumple tres décadas de vida con 37 reimpresiones en su haber, 19 de la primera edición y 18 de una segunda edición revisada (en 1999), y traducida al inglés, francés, alemán, italiano, ruso, japonés y griego.

Relación con Reyes

El escritor con más de 15 premios nacionales e internacionales consideró que la labor de Alfonso Reyes como escritor fue dotar a la prosa española del tono mexicano y las tantas críticas que recibió eran de quienes no entendían su obra, aunque sólo se haya dedicado a la literatura griega.

“Su mérito fue la apropiación de la cultura universal para México y creo que fue mal entendido, qué bueno que se ocupó de Grecia, como otros lo hacen de otras regiones”, expuso. Por el momento, dijo, termina una antología de poesía de Reyes, que abarca la poesía dramática hasta la “ligera”.

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