Una severa caída de los ingresos por el covid-19; economía informal, afectada

CIUDAD DE MÉXICO.

Los efectos económicos de la pandemia provocada por el virus del SARS-CoV-2 están siendo devastadores para millones de familias. De ahí, la relevancia de medias como las propuestas por el PUED-UNAM, relativas a una nueva estrategia de transferencia de ingresos a las familias más vulnerables, cuyo costo fiscal es aún viable para las finanzas públicas (http://mexicosocial.org/al-menos-16-millones-de-personas-cayeron-en-pobr...). Lo anterior cobra aún mayor sentido si se considera la severa caída de los ingresos por la pandemia.

En ese contexto, es importante destacar los datos dados a conocer por el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) relativos al Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza, utilizando la Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del Inegi.

Al respecto, el Coneval ha precisado que los datos no son comparables con la serie histórica de que dispone en este indicador, pues aquella se ha construido con los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, la cual se encuentra temporalmente suspendida en su levantamiento debido a la pandemia.

Establecido lo anterior, el Coneval estima que el porcentaje de personas en pobreza laboral en los meses de abril y mayo de 2020 fue de 53.1% y 54.9%. Sobre este indicador es importante decir que se considera que una persona está en “pobreza laboral” cuando los ingresos que obtiene de su trabajo no son suficientes para cubrir el valor de la canasta alimentaria. Lo anterior significa que más de la mitad de quienes trabajaron en abril y mayo estaban en esa condición.

El Coneval estima que el ingreso laboral se redujo significativamente entre los meses de abril y mayo, al pasar de $1,516.93 mensuales por cada persona trabajadora a $1,422.24; es decir, entre los meses señalados la disminución promedio fue de -6.2 por ciento.

Es pertinente decir que la estimación que había hecho el Coneval sobre el probable incremento de la pobreza como efecto de la pandemia se construyó con un supuesto de una caída generalizada de 5% de los ingresos, por lo que es posible que la proyección que se había hecho resulte menor a lo que realmente está ocurriendo en el país.

Otra estimación que presenta el Coneval es que la mayor pérdida de empleos se ha registrado en el sector informal de la economía. En efecto, en ese sector la caída entre el primer trimestre y el mayo de 2020 fue de -27.2% en el número de personas con alguna ocupación; en contraste, sin dejar de ser grave, en el sector formal la caída fue de -7.6 por ciento.

De igual forma, en el periodo señalado, entre las personas que trabajan en el grupo de 15 a 29 años de edad, la reducción en el número de empleos fue de 25%, es decir, se perdió uno de cada cuatro puestos de trabajo en los primeros tres meses de este año; en el grupo de personas de 60 años y más la pérdida fue aún mayor con un -30.2% de los empleos.

De acuerdo con los datos del Coneval, el porcentaje de personas en pobreza laboral en 2020 era aún superior a lo registrado en el momento de la crisis económica de 2009. Desde esta perspectiva es urgente diseñar nuevas intervenciones a fin de evitar que entremos a una nueva década perdida.

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