Senadores eluden la transparencia; usan el rubro de “servicios generales”

CIUDAD DE MÉXICO.

Obligados a reportar ante la Secretaría de Hacienda todos los gastos en nómina, materiales y suministros, los grupos parlamentarios en el Senado de la República optaron por destinar 84% de las subvenciones que recibieron al área de gasto libre de sus 128 integrantes, denominada Servicios Generales, de donde salen sus gastos personales y las ayudas que los legisladores brindan a sus bases electorales.

Desde el 1 de enero de 2013 hasta el 31 de diciembre de 2017, los grupos parlamentarios del Senado (PRI, PAN, PRD, Partido Verde y Partido del Trabajo) recibieron un total de cinco mil 553 millones 795 mil 100 pesos, de los cuales 84% se canalizó vía los Servicios Generales, al sumar cuatro mil 660 millones 382 mil 200 pesos.

A raíz de la reforma constitucional en materia de transparencia y rendición de cuentas, en 2015, los grupos parlamentarios están obligados a entregar comprobantes de los egresos que realizan, porque al ser recursos provenientes del erario federal, deben rendir cuentas de cómo lo gastan.

Así, los grupos parlamentarios tuvieron que poner en orden sus administraciones internas para reportar al Servicio de Administración Tributaria (SAT) y, una vez concluida esa fase, el Senado informó a los grupos parlamentarios que el SAT y el Inai (Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales) consideran que la entrega de dinero y apoyos como sillas de ruedas, cobijas, lentes, equipos deportivos y otros, que ofrecen y entregan a los ciudadanos, con recursos proporcionados por el Senado, deben ser plenamente comprobados y limitados, porque puede ser considerado un delito electoral.

Por medio de un oficio, el Senado precisó a los legisladores que “la documentación fiscal que soporte esas erogaciones sí es válida tanto para el SAT como para el Inai; sin embargo, es de advertir que terceros podrían llegar a cuestionar el destino de recursos para este propósito”.

El oficio asegura también que “la retroalimentación recibida por colaboradores del SAT y el Inai sugieren prestar especial cuidado en la entrega de apoyos a la ciudadanía, ya que desde cierto punto de vista, puede calificar como dádiva o proselitismo, lo cual en tiempos electorales podría llegar a ser cuestionado por otras autoridades, como el INE (Instituto Nacional Electoral)”.

Incluso les dieron ejemplo del tipo de apoyo que puede incurrir en proselitismo: la distribución o apoyo para anteojos, sillas de ruedas, medicamentos, despensas, exámenes médicos, juguetes, cobijas, materiales de construcción, dulces, aparatos auditivos, apoyos funerales y uniformes deportivos.

Añade que “para demostrar que estos apoyos fueron efectivamente entregados, en dinero o en especie, sugerimos hacerlo a través de los siguientes elementos de prueba: fotografías o videos del evento en que fueron entregados, trípticos o volantes que se hayan entregado en el evento o para invitar al evento; convocatorias en medios publicitarios o redes sociales; lista de beneficiarios de los apoyos, de contar con ella, y recibos de recepción en los que consten el detalle de lo entregado, así como el nombre del beneficiario y la fecha”.

Y es justamente la bolsa de Servicios Generales de donde surgen estas erogaciones que realizaron los senadores que ya están por concluir sus funciones.