Se va estenógrafo; no lo apoyan

CIUDAD DE MÉXICO.

Enrique Montes llegó al Senado hace 56 años, cuando era un joven de sólo 26 años y fue protagonista, testigo y relator de las transformaciones políticas que ha registrado esta Cámara del Poder Legislativo desde que en 1962 sólo existían priistas, hasta ahora que el poder absoluto lo tiene Morena, pero ha decidido irse porque ya no existen condiciones para desarrollar su trabajo de jefe de estenografía.

“Me voy, porque hemos pedido apoyo para que nos den gente, incluso me dicen que me doblan el sueldo, pero no se puede, porque el sueldo no hace el trabajo. Lo que necesito son trabajadores y me negaron la colaboración de varios compañeros, y así no salgo”, explica en entrevista con Excélsior.

Fundador del Sindicato de Trabajadores de la Cámara de Senadores hace 50 años, del cual fue secretario general, Enrique Montes entregó su oficina el viernes pasado, para esperar la entrega de su liquidación, después de 11 lustros de trabajo y de diversos reconocimientos que le hicieran por ser uno de los dos empleados del Senado con mayor antigüedad.

Siempre de broma, Enrique Montes se hizo amigo de muchos senadores, pero también de decenas de reporteros, porque durante décadas compartieron el mismo espacio en el Salón de Plenos, cuando los reporteros podían ingresar para atestiguar el desarrollo de las sesiones, pero que ahora los adelantos tecnológicos y las transmisiones en circuito cerrado y televisión abierta les han cerrado las puertas del recinto.

Don Enrique aclara que jamás recibió un mal trato por parte de los nuevos líderes en el Senado.

“Me voy muy, muy agradecido con el Senado por todo lo que viví aquí”, dice.