CIUDAD DE MÉXICO.
Pese a que en 14 entidades del país el semáforo epidemiológico está en naranja, en las casas donde trabajaba Diana, el color se mantiene en rojo, el mismo color con el que identifica sus finanzas personales.
La crisis ha golpeado tan fuerte a esta trabajadora del hogar de 48 años que ya no tiene recursos ni para pagar su renta.
“Está muy complicado, ahorita ya voy a completar dos meses que yo creo que no voy a tener para pagar la renta”, expresó.
Diana, quien lleva 22 años como trabajadora del hogar, padece lupus y fibromialgia, males que enfrenta sin el respaldo del Seguro Social, ya que no cuenta con este beneficio.
Además, por la crisis sanitaria ha dejado de comprar algunos de sus medicamentos.
“La pandemia nos ha afectado bastante a las trabajadoras del hogar, yo no tengo niños, pero hay compañeras que tienen niños pequeños, que son madres solteras, que son cabezas de familias y que ahorita no tienen la posibilidad de sacar a sus hijos adelante.
“A mí se me ha complicado más que nada en cuestión de salud, porque ya no ha habido, a veces, dinero para comprar los medicamentos y son medicamentos que tengo que comprar para estar bien”, platicó.
Diana dejó de trabajar hace tres meses, cuando sus cinco empleadores la enviaron a su casa a descansar, pero sin un goce de sueldo.
“Los cinco me dijeron que no fuera porque conocen mi situación y entonces saben que si yo me enfermo pues podría pasarla muy mal. Me dicen que así como a nosotras (las trabajadoras del hogar) se nos puso difícil, a ellos también, por decir un caso, mi empleadora de los lunes perdió el trabajo”, comentó.
Con sus últimos ahorros casi por extinguirse, Diana tiene la expectativa de que alguno de sus empleadores la llame para reincorporarse.
“A mí me dijeron que si no me llaman no me presente y hasta ahorita no me han llamado. Yo estoy ya de plano rogando a Dios, dicen que para que se termine esto, pero sabemos que no se va a terminar y que tenemos que tomar las medidas adecuadas para poder salir a laborar y poder recobrar un poquito de la economía, que es difícil por todas las deudas que uno va adquiriendo en el camino y que tiene que saldar en cuanto uno empiece a trabajar, pero ya estoy listísima para trabajar en cuanto a mí me digan, obvio con todas las medidas que tenga yo que tomar, sobre todo por ser persona vulnerable”, indicó.
“A los empleadores les digo: ‘cuida a quien te cuida’, porque nosotros cuidamos su casa, cuidamos el bienestar de la familia, pues entonces creo que ahorita nos toca cuidarnos todos parejos”, dijo.
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