Orive da receta para fin de neoliberalismo; llama a recuperar desarrollo industrial

CIUDAD DE MÉXICO.

El acuerdo firmado por el gobierno y el sector privado el 13 de junio es un gran paso para impulsar un nuevo modelo de desarrollo económico e industrial, pero resulta insuficiente para decretar la muerte del neoliberalismo, afirmó el economista, exdiputado federal y luchador social Adolfo Orive Bellinger.

En entrevista con Excélsior, el expresidente de la Comisión de Competitividad y autor de la ley reglamentaria de los artículos 25 y 26 de la Constitución advirtió que para enterrar a la economía neoliberal es necesario poner en marcha la Ley para Impulsar el Incremento Sostenido de la Productividad y la Competitividad de la Economía Nacional, aprobada en la 62 legislatura.

Argumenta Orive Bellinger que dichos ordenamientos constituyen un sistema legal para acabar con el neoliberalismo y emprender una economía generadora de bienestar que vaya más allá de las inversiones inerciales, como las anunciadas en la firma del citado acuerdo.

Convencido de que México necesita recuperar el concepto del desarrollo industrial para impulsar cadenas productivas y nichos empresariales por regiones, el exlegislador por el Partido del Trabajo sostiene que las inversiones pública y privada deben trascender los sectores intensivos en mano de obra o recursos naturales, a fin de enfocarse en áreas que permitan incrementar la productividad de la economía nacional.

“La solución a esta deficiencia consiste en que, primero, López Obrador y Alfonso Romo —enlace presidencial con la IP— induzcan que las inversiones pública y privada sean asignadas, en forma complementaria, a sectores tecnológicamente dinámicos con productividades sostenidamente crecientes, como el electrónico–eléctrico, el de autopartes, el de la proveeduría aeroespacial y el agroindustrial”, plantea Orive Bellinger.

Y propone al gobierno federal que se negocie, con la asociación de las seis mil 257 empresas manufactureras y maquiladoras de exportación, para que la proveeduría de los insumos de sus exportaciones sea proporcionada paulatinamente, en forma creciente, por la producción realizada en los sectores tecnológicamente dinámicos, mediante cadenas productivas de valor cada vez más integradas con el sector exportador.

Un tercer planteamiento de la estrategia sugerida por Orive Bellinger es que, “al realizarse un gran porcentaje de las inversiones públicas y privadas en el sur-sureste, sus habitantes puedan ser educados y capacitados para ser profesionistas, técnicos y trabajadores especializados que sean contratados por las empresas generadas por este acuerdo”.

Un cuarto, y último, componente de su propuesta es que las empresas grandes y medianas, impulsadas en sectores tecnológicamente dinámicos, instalen desde el inicio comités paritarios de productividad (como lo mandata la Ley Federal del Trabajo), integrados 50% por trabajadores y empleados y 50% por los patrones y/o sus representantes, “con el objetivo de analizar, consensuar y llevar a cabo periódicamente las medidas que incrementen sostenidamente la productividad de la empresa, con las innovaciones correspondientes; y, la distribución de las ganancias generadas por esos incrementos, entre el patrón y los trabajadores, de modo que aumente sostenidamente la inversión fija y el ingreso de los trabajadores sin impactar en la inflación”.

El economista señaló que China es el país que más inversión extranjera directa recibe porque los inversionistas tienen la certeza de que la política económica seguirá siendo la planeada por varias décadas más.

Habló de la urgencia de que el gobierno federal, el CCE y el Consejo Mexicano de Negocios cumplan con la Ley de Planeación y sugirió que, en el marco de la discusión del PND, la Cámara de Diputados llame al cumplimiento de ese ordenamiento.

El dato