Confirman saqueo en oficina del rector Narro

CIUDAD DE MÉXICO, 5 de mayo.- Los embozados que tomaron la Torre de Rectoría durante 12 días lograron colarse al despacho del rector de la UNAM, José Narro Robles, ubicado en el sexto piso. Aunque las instalaciones no tuvieron energía eléctrica ni agua potable y que las puertas de acero de las escaleras que hay entre piso y piso no fueron dañadas, los jóvenes violaron los mecanismos de seguridad a través de los ductos del aire acondicionado. Por ahí fue como llegaron a las oficinas del sexto piso.

A pesar de que hasta ahora las autoridades universitarias no han dado a conocer el costo de los daños ocasionados por la ocupación del edificio, ya que están elaborando un inventario completo de lo que robaron, personal que labora en esas instalaciones relató a Excélsior que mediante los ductos del aire acondicionado pudieron subir al sexto piso, aunque desconocen qué fue exactamente lo que hurtaron del despacho de Narro Robles.

“Los que tomaron la Torre, sabían a qué iban y cuál era el piso del rector, porque subieron al sexto piso, sin dañar los anteriores. Esos no eran estudiantes, porque destrozaron libros, documentos, saquearon cajones, gavetas y hasta la caja fuerte que había en la Dirección de Finanzas”, reveló.

A unos días de la liberación de la Torre de Rectoría, el empleado de la Universidad Nacional acusó a los activistas de delincuentes, argumentando que no eran estudiantes, porque “un estudiante con valores y que quiere estar en la escuela no haría lo que hicieron esos embozados”.

Esos jóvenes, denunció sin ocultar la impotencia, saquearon el edificio, tomando lo que tuvieron a la mano, pero también abrieron una caja fuerte de la Dirección de Finanzas, se llevaron laptops, tabletas y acabaron con las sillas de la planta baja para hacer sus fogatas y barricadas.

La cifra

Al respecto, funcionarios de la máxima casa de estudios señalaron que el monto de dinero que había en esa caja fuerte es bajo comparado con los recursos que se manejan mediante transferencias bancarias o emisión de cheques; sin embargo, no deja de ser un delito el que la hayan forzado para sacar el dinero.

También sustrajeron archivos de los acuerdos del Consejo Universitario, mientras que otros documentos sirvieron como materia prima para las fogatas que todas las noches hicieron para iluminar los lugares donde pernoctaban, así como la entrada que improvisaron en la parte donde rompieron dos vidrios que están en la cornisa del vestíbulo.

Una vez que los encapuchados abandonaron el edificio el pasado miércoles, el personal de Servicios Generales hizo un recorrido de inspección, en el que no sólo encontraron basura, cajones abiertos y un fétido olor.

La sorpresa más lamentable para todos fue cuando encontraron saqueada la oficina del rector universitario, a donde llegaron a través de los ductos del aire acondicionado.

En esos 12 días, los jóvenes embozados se dieron un “festín”, coincidieron funcionarios universitarios, pues encontraron restos de comida, así como botellas de whisky y ron que oscilan entre los mil y mil 500 pesos.

Ante ese saqueo, empleados del edificio comentaron que en la breve reunión que sostuvieron el pasado jueves con el rector de la UNAM, su rostro desencajado reveló el malestar y la indignación que lo invadía, pese a que los exhortó a seguir adelante.

No habrá impunidad

El pasado viernes Narro Robles, reiteró que la toma de Rectoría y los daños causados a sus instalaciones no quedarán impunes, pues existen elementos suficientes para que las autoridades actúen conforme a derecho.

Sostuvo que por ello se presentaron las denuncias correspondientes ante la Procuraduría General de la República (PGR) y consideró que los elementos son contundentes y suficientes para actuar.

“La Universidad no quiere profundizar problemas, pero tampoco quiere que esto quede en la impunidad”, dijo el rector.

Horas después de la liberación de Rectoría, trabajadores de la UNAM denunciaron que les fueron robados objetos personales, así como algunas partes de equipos de cómputo, como monitores, CPU o impresoras, y documentos administrativos, y artículos como sellos, engrapadoras y guías escolares, lo cual, sin embargo, no representa un saqueo de archivos confidenciales de la universidad.

“Hubo rapiña, robaron cosas de los empleados, algunos objetos que caben en mochilas, papelería administrativa, pero nada que ponga en riesgo información institucional”, coincidieron funcionarios de la UNAM.

Al respecto, un elemento de seguridad en el edificio central de Ciudad Universitaria confirmó que los encapuchados sí sustrajeron documentos, principalmente administrativos y que afectan directamente a los aspirantes y becados de la UNAM.

“Saquearon algunos papeles, no muy importantes, pero esos papeles sirven para el proceso de admisión de los aspirantes, e incluso guías”, reveló.

Y el diálogo va

El pasado 1 de mayo, tras 12 días de toma, encapuchados decidieron liberar Rectoría y aceptar dialogar con autoridades de la máxima casa de estudios.

- El abogado general de la Universidad Nacional Autónoma de México, Luis Raúl González Pérez, envió una misiva en la que les propuso crear una comisión y llevar a cabo una mesa de diálogo para el próximo 9 de mayo a partir de las 13:00 horas, lo cual fue aceptado por encapuchados.

- La UNAM informó que las personas que fueron motivo de sanción por parte del Tribunal Universitario tienen garantizados sus derechos para interponer los recursos que la Legislación Universitaria prevé, así como otros recursos legales.

Efectos

1.- El saqueo en la Rectoría de la UNAM incidirá negativamente en el diálogo que se realizará el próximo 9 de mayo entre autoridades y representantes estudiantiles.

2.- Si las autoridades mantienen las denuncias penales contra encapuchados, se deberán girar órdenes de aprehensión, lo cual podría agravar el conflicto.