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Ruanda, genocidio ignorado; a 30 años de la tragedia

El 7 de abril de 1994 comenzó una de las masacres más sangrientas en la poca moderna de África; Excélsior lo explica con la voz de un especialista

Miguel Alejandro Rivera | 14-04-2024
Fotos: Reuters  /Arte: JC Gutiérrez
Fotos: Reuters /Arte: JC Gutiérrez

La comunidad internacional “nos abandonó” durante el genocidio perpetrado por extremistas hutus contra los tutsis, declaró el presidente de Ruanda, Paul Kagame, a 30 años de que inició el genocidio en Ruanda en 1994 y dejó al menos 800 mil muertos en cien días. Como todos los años, el 7 de abril, el día en el que las milicias hutus empezaron las matanzas, se encendió una llama en el Memorial de Gisozi, en la capital Kigali, donde se cree que están enterradas unas 250 mil personas.

Para realizar una radiografía del conflicto, Excélsior platicó con Rubén Peña Carmona, jefe de la carrera de Relaciones Internacionales en la Universidad La Salle, quien explicó incluso los errores conceptuales para definir a los grupos involucrados en el conflicto, heredados de los procesos coloniales en África.

Los hutus, tutsis y twa no son etnias ni tribus, así se definían las clases sociales antes de la colonización; los tutsis tenían actividades económicas como la ganadería, los hutus se dedicaban a la agricultura y los twa desarrollaban más las artesanías; en este sentido, se sabe que en África tener ganado es un símbolo de riqueza, entonces los tutsis eran una élite en cuestión económica, porque en realidad no hay una diferencia cultural entre esos grupos, tienen el mismo idioma y prácticas religiosas”.

En tanto, el académico explicó que la conceptualización de diferencias “tribales” se dio cuando los alemanes hicieron “categorizaciones raciales, entonces las clases sociales las vincularon a rasgos físicos, lo que se agrava cuando en la década de los 30 los belgas institucionalizan estas diferencias, incluso en el carnet de identidad”.

La rivalidad surge también en la colonización, porque los europeos utilizaron algunos grupos sociales que eran más cercanos a ellos y los incluyeron en sus aparatos administrativos; en el caso de Ruanda usaron a los tutsis, ellos fueron los privilegiados y los hutus fueron relegados al trabajo forzado, relegados de la educación y ahí se van fraguando estas diferencias y estos odios, también los castigo que se le imponían a los hutus perpetrados por los tutsis”.

El especialista en procesos políticos y conflictos en África señala que, cuando se van creando los Estados africanos en la década de los 60 que están logrando sus independencias, “los belgas pagan a los hutus una especie de deuda histórica, en la primera república quedan en el gobierno y claro, llegan a vengarse, a perseguir a los tutsis, que los castigaron durante toda la colonización”.

Luego entonces, “las fronteras tienen mucho que ver porque los hutus, los tutsis y los twa son pueblos en la región de los grandes lagos, entonces los encontramos en Ruanda, en la República Democrática del Congo, en Burundi y los tutsi cuando empiezan a huir a los países vecinos con sus comunidades, se arman y conforman los grupos armados paramilitares que a principios de los 90 van a tratar de retomar el poder político a través de la violencia y forman el Frente Patriótico Ruandés”, asegura Peña Carmona.

En la Guerra Fría, dice, “Rusia y EU enviaron mucho armamento a África, y en los 90 ese armamento ahí estaba, las armas que se usaron en el genocidio; también llega de Europa, Francia tiene mucho que ver con lo que pasó”. Incluso,  en un informe encargado por el gobierno ruandés en 2017 al bufete Levy Firestone Muse, se aseguró que funcionarios del país europeo “armaron, asesoraron, capacitaron, equiparon y protegieron” a las autoridades que cometieron el genocidio.

Francia sí sabía cuántas personas mueren en esos conflictos, sabían cómo se fueron creando esas rivalidades, sabía de los mensajes de odio en las radios, pero Francia logró tener un gobierno a modo, que fuera aliado en una región muy convulsa”, añadió el académico.

Asimismo, aseguró que “la reacción internacional fue lamentable porque se condenó la matanza y le llaman genocidio y,  aunque pudieron evitarlo, lo fomentaron. Décadas después Francia pide perdón por el genocidio, y eso es una desgracia, porque en 30 años la comunidad internacional va a pedir disculpas por el genocidio contra los palestinos, contra el pueblo de Darkfur, pero es lamentable ver la inacción de las potencias en el presente”.

HACE DIEZ AÑOS SE LAS LLEVARON

Cada vez que escucha a alguien acercarse a su puerta, Mary Shettima piensa que su hija Margaret está de regreso, diez años después de ser secuestrada en Nigeria por combatientes de la organización yihadista Boko Haram.

Margaret, que este año cumplirá 29 años, es una de las 276 estudiantes secuestradas el 14 de abril de 2014 por miembros de Boko Haram en la pequeña localidad rural de Chibok, en el estado de Borno, y forma parte del centenar de las que siguen desaparecidas.

Imagen intermedia

El secuestro generó  la campaña internacional llamada Traigan de vuelta a nuestras niñas.

Pero una década después, los secuestros masivos siguen siendo una realidad en esta parte de Nigeria, donde el conflicto con Boko Haram es responsable de una de las peores crisis humanitarias del mundo con más de 40 mil muertos.

-AFP

 

cva

 

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