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Brasileños están furiosos por museo; Unesco ofrece ayuda

Decenas de personas se reúnen a las afueras del Museo Nacional de Río para expresar su indignación por el descuido en el que se encontraba previo al incendio; la Unesco ofrece todo su apoyo 

EFE y Reuters / Fotos: Reuters y AP | 03-09-2018
Brasileños están furiosos por museo; Unesco ofrece ayuda
La policía ha tenido que recurrir a gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes.

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PARÍS/RÍO DE JANEIRO.

La directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, ofreció hoy a las autoridades brasileñas "todo el conocimiento" del organismo que preside para "intentar atenuar las consecuencias del drama" que supuso el incendio del Museo Nacional de Río de Janeiro, el más antiguo de Brasil.

Deseo expresar toda mi solidaridad al pueblo brasileño ante la pérdida de un patrimonio cultural inestimable para toda la Humanidad. Este museo universitario constituye además un símbolo de la memoria brasileña y de los dinámicos lazos entre la cultura y la investigación", sostuvo Azoulay.

La exministra de Cultura francesa adelantó que la Unesco se pone "a disposición de las autoridades brasileñas para movilizar todo su conocimiento, especialmente en el ámbito de la protección y la conservación del patrimonio cultural, para intentar atenuar las consecuencias de este drama".

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El Museo Nacional de Río de Janeiro, ubicado en un edificio considerado una joya de la arquitectura de inicios del siglo XIX, ha sufrido un inmenso daño aún no precisado y su acervo ha resultado destruido en casi su totalidad, entre ellos el fósil Luzia, el homínido más antiguo (hace 11 mil 500-13 mil años) descubierto en Brasil.

El fuego se desató la noche de este domingo por circunstancias aún no aclaradas y durante la mañana de hoy los bomberos combatían todavía algunos pequeños focos.

El histórico edificio, con 200 años de antigüedad y que albergaba el museo más antiguo de Brasil, fue construido por decisión del rey Juan VI de Portugal e inaugurado el 6 de junio de 1818.

Cariocas furiosos

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La ira aumentaba en Río después del incendio, que ha sido considerado como una "tragedia anunciada".

En el exterior de la entrada del elegante parque que alberga el museo agentes antidisturbios de la policía dispararon gases lacrimógenos contra un pequeño grupo de irritadas personas que intentó entrar por la fuerza, según se pudo ver en imágenes transmitidas por televisión.

El aumento de la tensión refleja la ira por la destrucción del querido, aunque deteriorado museo, que sufrió un descenso de la financiación federal.

El incendio agitó las emociones en Brasil, cuyo electorado sufre ya por una frágil economía, la corrupción generalizada y un aumento de la violencia antes de las impredecibles elecciones presidenciales de octubre.

Nuestra comunidad está muy movilizada y muy indignada", dijo Roberto Leher, rector de la Universidad Federal de Río de Janeiro, que administra el museo.

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Todos sabíamos que el edificio era vulnerable", agregó.

Las autoridades no han informado todavía de cuál fue la causa del incendio del domingo.

El ministro de Cultura, Sergio Leitao, dijo al diario Estado de S.Paulo que es probable que las llamas fueran provocadas por un cortocircuito eléctrico o un farolillo de papel casero que podría haber aterrizado ardiendo en el tejado. Estos artefactos son muy tradicionales en Brasil y suelen provocar incendios.

La fachada amarillo pastel del otrora Palacio Imperial seguía en pie en la mañana del lunes, pero un vistazo a través de sus gigantes ventanales revelaba un interior sin techo, con pasillos ennegrecidos y vigas carbonizadas y humeantes. De vez en cuando, los bomberos salían con una vasija o un cuadro que habían logrado rescatar.

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Investigadores, estudiantes y trabajadores del museo, donde se teme que hayan quedado destruidos 20 millones de archivos, se congregaban en pequeños grupos a las afueras del devastado edificio, consolándose unos a otros y secándose las lágrimas.

Según avanzaba el día, cada vez más personas intentaban entrar en el parque para ver los restos calcinados del edificio, por lo que la policía acabó permitiendo el paso.

El subdirector del museo, Luiz Duarte, dijo a Globo TV que la institución fue descuidada por los sucesivos gobiernos federales y que un plan de financiación por 21.6 millones de reales (5.23 millones de dólares) con el banco de desarrollo estatal BNDES anunciado en junio incluía, irónicamente, la instalación de un moderno equipo antiincendios.

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Roberto Robadey, comandante del departamento de bomberos de Río, dijo a periodistas el lunes que los dos hidrantes al exterior del edificio estaban secos. Esto obligó a los bomberos a usar agua de un lago cercano y de camiones cisterna. Sin embargo, el edificio ardió demasiado rápido para poder salvarlo.

En un mundo ideal tendríamos muchas cosas que no tenemos aquí: rociadores dentro del edificio", señaló.

Agregó que el departamento de bomberos investigará su respuesta y tomará acciones si es necesario.

Ayer fue uno de los días más tristes de mi carrera", aseguró Robadey.

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jrr

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