El peronismo pierde Buenos Aires

BUENOS AIRES.

La derrota del peronismo en la provincia de Buenos Aires, que por primera vez será gobernado por una mujer, provocó un terremoto político en Argentina porque modifica por completo el reparto del poder en este país.

María Eugenia Vidal, la candidata de Cambiemos, ganó la elección con 39.4 por ciento de los votos y obtuvo incluso más sufragios que el candidato presidencial de esta alianza, Mauricio Macri, quien alcanzó 34.3 por ciento.

Esto significa que casi medio millón de bonaerenses dividieron su voto para apoyar al candidato oficialista a la presidencia, Daniel Scioli, y a la opositora Vidal en el gobierno de la provincia más importante en términos electorales, ya que representa 39 por ciento del padrón nacional.

Buenos Aires era gobernada desde hace 28 años por el peronismo, que la convirtió en su principal bastión de poder, con el control de intendencias y añejos cacicazgos, y se daba por descontado el triunfo de Aníbal Fernández, jefe de gabinete de la presidenta Cristina Fernández.

La provincia proveía a los peronistas de lo que ellos mismos llaman “el aparato”, es decir, agrupaciones de todo tipo que garantizaban su lealtad y su presencia masiva en los actos de campaña, pero a cambio de financiamiento y reparto de programas sociales.

Nadie, ni la propia Vidal, esperaba que el funcionario perdiera al obtener 35.1 por ciento de los votos, más de cuatro puntos de diferencia con respecto a la actual vicejefa del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Anoche, la funcionaria capitalina celebró su histórico triunfo de manera eufórica, mientras que Fernández ni siquiera apareció ante las cámaras. El jefe de gabinete que aseguró que su victoria en la provincia sería sólo un trámite, por fin reconoció la derrota, felicitó a su rival y anunció que terminará su carrera.