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Expresiones

Mario Montalbetti explora la ceguera del poema

En su más reciente título, el autor peruano explora el lenguaje ciego del poema y confirma que la poesía va más allá de la metáfora

Mario Alberto Medrano | 17-03-2019
Foto: Especial
Foto: Especial

CIUDAD DE MÉXICO.

Mario Montalbetti (Lima, 1953) charló con Excélsior sobre su más reciente libro de poesía, Notas para un seminario sobre Foucault (FCE-SUR, Librería Anticuaria), en donde emerge la voz de poetas y filósofos.  

Con la plena convicción de que el poema es el lenguaje, en estas notas el autor horada el verso y lo distancia de la metáfora visual: “cuando algo sale al lenguaje/en lugar de/salir a la luz/entonces estamos ante el poema/en el poema…”.

Al cuestionar a Montalbetti sobre la idea central de su libro, es decir sobre la idea del “lenguaje ciego”, en donde el poema es lenguaje y no imágenes y metáforas, afirma que “la idea del libro es plantear esa ceguera, explorarla y averiguar algo sobre su naturaleza. Lo que complica las cosas es que tenemos asumido que lo que hace un poema es producir imágenes, metáforas, y que todas ellas deben resolverse visualmente.

Hay que entender que el poema nunca fue sólo metáfora. El murmullo herido de un enfermo no es metáfora y es una de las expresiones poéticas más bellas que existen a pesar de todo lo desgarradoras que puedan ser. Cuando nos enfrentamos a la imposibilidad de metaforizar es que ocurren cosas interesantes. En todo caso, una metáfora debería llevarnos a la imposibilidad de metaforizar: no hay metáfora de una metáfora, por ejemplo. A veces pienso que el lenguaje entero es una gran catacresis”, asegura el también lingüista.

Estructurado a la manera de un seminario, con un tándem de preguntas y respuestas entre seminarista y asistentes, VIII Sesiones, Notas Finales y un apartado titulado Antisidro, este poema se ocupa de temas como la relación poesía & dinero, el Perú, la filosofía, entre otros.

Al inquirir a Montalbetti sobre Foucault y la relación con él en esta obra, el poeta reconoce que “en realidad el protagonismo central es el Foucault que Deleuze examinó en su seminario. No hablo solamente de las ideas de Foucault tal como las presenta Deleuze, sino de la forma misma de su seminario, su ritmo, su movimiento, los pliegues y despliegues de la propia exposición”.

Sobre el vínculo entre dinero-arte, el autor reflexiona. “La relación entre dinero y lenguaje es muy antigua. En los Manuscritos de 1857-58 de Marx se advertía que la relación era equívoca; Saussure basó su teoría del valor lingüístico en dicha relación. El valor de las expresiones del lenguaje no depende de su significado sino de su circulación, del crédito, de préstamos e inversiones… Hablamos con tarjetas de crédito. Hoy poema y capital son las dos grandes formas ciegas del lenguaje. Hay un antagonismo muy radical entre ambos”, afirma.

Las indagaciones en el lenguaje y en el poema hacen de la poesía de Mario Montalbetti un gran laboratorio de experimentación y reflexión. En estas Notas… el autor concatena el discurso a través del encabalgamiento, lanza hipótesis, dicta cátedra, recurre a las citas, a veces en verso largo, pocas ocasiones en corto, introduce diagramas. 

Me interesa la forma en que discurre el poema, la forma en la que los versos se encadenan hacia una deducción inevitable. Pero claro, las reglas poéticas no son las de la lógica, son otras, son propias.  Los occidentales somos un poco más verbosos e incluimos los pasos intermedios.

El poema debe ‘hacer agujero’ en el lenguaje (la expresión es de Lacan). No se trata de trascenderlo sino de horadarlo por dentro. El submarino lanza (a ciegas) torpedos que pueden vaciar el lenguaje de sus nombrecitos y sus verbitos. Con suerte, el poema puede entonces imponer un innombrable (o un inverbeable) y remoldear los bordes del lenguaje. Los poemas trabajan en los bordes del lenguaje. Y, como la alusión a los torpedos hace evidente, lo hace con cierta violencia”.

Autor de libros de poesía como Simio meditando (ante una lata oxidada de aceite de oliva), Perro negro,
31 poemas, Lejos de mí decirles. Poesía reunida (1978-2016), y de ensayos como Cualquier hombre es una isla o El más crudo invierno. Notas a un poema de Blanca Varela, Montalbetti reconoce que es difícil catalogar Notas para un seminario sobre Focault.

En todo caso, mi intención era escribir un poema de largo aliento. Aunque no resulte muy claro que finalmente sea un poema; probablemente es algo que se hace pasar por un poema. En España he visto el libro en la sección de filosofía, pero esa indeterminación (¿es un poema o no lo es?) es parte del poema.

Dentro de este volumen emerge otra voz, la de otros poetas y la de otros filósofos. Acaso las voces y los silencios más significativos en este poema vienen de Raúl Zurita, Blanca Varela y César Vallejo. Así que para el escritor, la presencia de estos creadores tiene especial resonancia en su poesía.

Tal vez escribo de esta manera como resultado de la frustración de no poder escribir como quiero. Me gustaría escribir como Varela, Zurita, Vallejo..., pero claramente no puedo, no tengo el talento para hacerlo, no tengo la literalidad brutal de Varela, la ambición de Zurita, la radicalidad de Vallejo. Entonces me las ingenio para escribir algo que conecte a su manera con esa falta.

Ante la pregunta de si considera haber alcanzado una madurez poética,
Montalbetti es muy claro al decir: “Madurez es una mala metáfora, una palabra que me disgusta, especialmente cuando se aplica a  un cierto lugar al que se llega y desde el que se escribe. Además, es muy peligrosa: si un poeta cree que ya domina un cierto truco (a eso es a lo que llamamos madurez ¿no?), no hará sino repetirse y volverse aburrido. Prefiero considerarme inmaduro”.

Escritor y lingüista, Mario Montalbetti admite no estar seguro de ser ninguno de los dos. “Yo solía decir que como lingüista me las empeñaba en mostrar que el lenguaje no existe y que como poeta me las empeñaba en mostrar que el lingüista está equivocado. Ahora prefiero la fórmula equívoca que aparece en mi libro: lenguaje lenguaje no hay, fórmula que además me he tatuado en mi brazo izquierdo. Creo que uno debe tatuarse ciertas verdades a las que llega en su vida”, concluye.

 

cva

 

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