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Expresiones

Elvira Sastre expone violencias que vulneran y asfixian

La escritora española presentará en México su más reciente novela, que es un relato descarnado sobre la agresión hacia las mujeres

Juan Carlos Talavera | 27-03-2024
Fotos: Cortesía Susanna Peiris / Especial
Fotos: Cortesía Susanna Peiris / Especial

La ficción es un arma poderosa para cualquier lucha social, porque te permite coger un tema universal para darle nombre y apellido, y eso puede llegarle de una manera distinta a la gente, a diferencia de cualquier discurso político”, dice a Excélsior la escritora española Elvira Sastre (Segovia, 1992), quien visita México para presentar Las vulnerabilidades, un relato descarnado sobre las distintas formas de violencia contra las mujeres.

En éste cuenta la historia de Sara, una joven a la que le roban su intimidad, luego de que Rodrigo, su novio, filtrara un video al círculo cercano de ella, en el que ambos sostienen relaciones sexuales, propiciando en ella una herida irreparable. Sara intenta sobreponerse, pero el señalamiento en el instituto la orilla al aislamiento y a tentar el suicidio, hasta que encuentra a Elvira, una joven publicista de 28 años quien intentará ayudarla hasta que ambas caen en un bucle que las asfixia.

Aunque la ley hoy sea más dura (en España), todos los meses hay cifras de violaciones, agresiones y abusos, y dentro de éstas entra el tema de la filtración de videos, que es algo que se nos escapa, porque está en redes, con gente muy joven en internet y en sitios a los que ni siquiera tengo acceso, creo, con dinámicas muy duras”, señala la autora que recibió el Premio Biblioteca Breve 2019 por su libro Días sin ti.

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Lo que creo importante es, sobre todo, desarrollar esa conciencia e ir al tema de la educación, porque una filtración así –y hay muchísimas cada día– siempre desemboca en un desastre apoteósico”, en el que las mujeres ven ultrajada su privacidad y enfrentan un rito de cuestionamientos constantes, en el que la autora observa una violencia expansiva que ahoga, se extiende y lo sofoca todo.

Sin embargo, aclara que su perspectiva no se trata de una confrontación de géneros. “No defiendo que todas las mujeres sean seres de luz ni que todos los hombres sean seres horrorosos. Más bien, todos tenemos nuestras sombras, pero considero que uno se educa para controlarlas, para ponerles límites y saber hasta dónde hacer, y eso suele detenerse ante el daño al prójimo.

Además, los maltratadores y asesinos de mujeres no son hombres que viven en las cavernas, sino que puede ser tu vecino, el jefe de una multinacional o una persona que ha recibido una educación increíble cuando era niño y que sus padres le han querido muchísimo; es gente normal, de nuestro día a día, que tiene carencias psicológicas, emocionales o sensitivas, que les hace creerse con ese poder y esa impunidad”, lamenta.

¿Cuál es el mayor riesgo que observa en este cauce de violencias contra las mujeres?, se le pregunta a Elvira Sastre. “Quizá que el exceso de información está propiciando, en gran parte de la población, una suerte de anestesia. Imagino que aquí en México también pasará, porque se reportan más casos (de violencia) que en España, y si estás recibiendo constantemente montones de información sobre casos violentos, asesinatos de mujeres y cifras, bueno, a mí me afecta mucho todo esto, pero entiendo que hay una parte de la población que está anestesiada.

Es lícito porque es un grado de violencia que estás enfrentando diariamente, porque tú no puedes salvar a todas las mujeres y también tenemos que protegernos un poco de eso, sin perder la conciencia, pero quizás el punto es que no se anestesien quienes pueden hacer algo, es decir, las grandes fuerzas o los grandes poderes”, plantea.

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Finalmente, Sastre considera que el tema de la violencia no sólo debería estar centrado en el deber y la responsabilidad de las mujeres. “No sé aquí, pero en España muchas veces el mensaje va a la mujer, por ejemplo, siempre hay un teléfono gratuito y que no deja rastro para que puedan asistir a las mujeres que se ven en una situación (violenta).

Pero pienso que también falta un teléfono para el hombre que se ve en una situación descontrolada, que siente una ira que le hace agredir a alguien; siempre pienso si de  diez hombres uno se detiene, por un segundo, y le pasa por la cabeza que eso no está bien y que necesita ayuda, que quiere evitarlo y no puede porque se descontrola, sería algo maravilloso”, concluye la escritora.

 

cva

 

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