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Expresiones

Analizan algunas modificaciones en esculturas marianas

Un equipo de investigadores del INAH estudian modificaciones en esculturas marianas (arte cristiano), para comprender el vínculo entre el devoto y la imagen venerada

Redacción | 09-01-2019
Las piezas rescatadas pertenecen al Templo de San Diego Churubusco. Foto: Cortesía INAH
Las piezas rescatadas pertenecen al Templo de San Diego Churubusco. Foto: Cortesía INAH

CIUDAD DE MÉXICO.

Un equipo de investigadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) estudian algunas modificaciones en esculturas marianas (arte cristiano), para comprender el vínculo entre el devoto y la imagen venerada.

Aunque algunas piezas marianas del Templo de San Diego Churubusco, en la Ciudad de México, fueron modificadas con el paso de los años, se señala en un comunicado, los feligreses mantienen su uso devocional.

Katia Perdigón Castañeda y Bernardo Robles Aguirre, especialistas responsables del proyecto, explicaron que los encargados de las iglesias, mayordomías y catequistas, entre otros, son los que realizan esos cambios en los objetos de culto.

Pese a que tales modificaciones alteran la estructura y estética de las obras, éstas son consecuencia de la búsqueda de un vínculo, espiritual y físico, de reconocimiento, entre el devoto y la imagen motivo de veneración.

La investigación se llevó a cabo desde el punto de vista de la conservación-restauración y la antropología, que pretende comprender qué inspiran esos objetos religiosos en los fieles más allá de las “Cartas de Restauro” (acuerdos establecidos entre técnicos restauradores).

Se centra en las transformaciones de las esculturas de vírgenes como una búsqueda al acercamiento de lo femenino y partió de las tareas de conservación-restauración efectuadas en dos esculturas marianas de la Virgen de la Inmaculada Concepción y a la que se le denomina Virgen sedente.

 

Tomografías

 

Gracias a las facilidades prestadas por el Hospital General Dr. Manuel Gea González a través de su División de Radiodiagnóstico, se obtuvieron tomografías  (proceso de obtención de imágenes por secciones) de ambas esculturas que demostraron que ambos objetos fueron modificados estructuralmente debido al daño físico que presentaban.

Con el apoyo técnico de la restauradora Liliana Alcántar Carreola, se empezó el proceso de conservación-restauración de cada una de las piezas dañadas, que consistió en una serie de limpiezas, resanes, molduras y retiro de intervenciones anteriores, entre otras cosas.

Las modificaciones se llevaron a cabo en colaboración con algunos de los feligreses, quienes decidieron qué tipo de pestañas o peluca artificial se apegaba al aspecto original de la escultura.

De acuerdo con el INAH, los trabajos de conservación-restauración brindaron de nuevo estabilidad estructural a la pieza y desde el aspecto estético se logró una lectura completa.

La primera etapa de la iniciativa contó con el respaldo del Hospital General Dr. Manuel Gea González, del Templo de San Diego Churubusco, de la fototeca y archivo de las coordinaciones nacionales de Museos y Exposiciones, y de Conservación del Patrimonio Cultural, ambas del INAH.

 

cva

 

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