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Expresiones

El tenor Javier Camarena está en busca de su propia leyenda

Considerado por la crítica estadunidense como el sucesor de Pavarotti, el intérprete mexicano asegura que creará su legado musical

Juan Carlos Talavera | 12-03-2016
“Sigo siendo el mismo de siempre, un hombre enamorado de mi trabajo, feliz y honrado de hacer esto que tanto disfruto y amo” Javier Camarena, tenor.
“Sigo siendo el mismo de siempre, un hombre enamorado de mi trabajo, feliz y honrado de hacer esto que tanto disfruto y amo” Javier Camarena, tenor.

CIUDAD DE MÉXICO.

En Estados Unidos, Javier Camarena (Xalapa, 1976) es visto como el más probable sucesor del tenor italiano Luciano Pavarotti. Sin embargo, el tenor mexicano, que el próximo 26 de marzo cumplirá 40 años, agradece la comparación de los críticos y dice a Excélsior que no quiere ser el segundo Pavarotti, sino el primer Camarena en la historia de la música.

“De entrada, es un gran honor porque sabemos quién fue el maestro Pavarotti, uno de los tenores que más he admirado. No tuve la fortuna de conocerlo ni de escucharlo en vivo, pero su legado es importantísimo. Y aunque es un honor este tipo de comparaciones o alusiones, la meta de todo cantante es crear su propio nombre”, explica el intérprete que hoy cantará nuevamente en el Metropolitan Opera House de Nueva York.

“Creo que a ninguno le gusta ser el segundo de nadie. No quiero ser el siguiente Pavarotti, sino el primer Camarena, tal como lo ha hecho la mayoría de quienes han sembrado su nombre en la historia de la ópera, como Francisco Araiza, Fritz Wunderlich, Juan Diego Flórez y Jonas Kaufmann. Todos buscamos construir nuestra propia carrera y dejar nuestro propio legado”.

¿Entonces, no se ve como el heredero de Pavarotti?, se le inquiere al intérprete. “Mi intención a la hora de cantar no es ocupar el lugar de Pavarotti. Yo hago mi carrera y construyo mi repertorio de acuerdo con mis posibilidades vocales. Mi meta no es ser un sucesor”, agrega.

Vía telefónica desde Nueva York, Camarena también habla de su regreso al MET de Nueva York, luego de que el año pasado captara los reflectores desde este escenario al conseguir un doble “bis”.

“Ahora estoy muy contento con esta producción de Don Pasquale, donde interpreto el rol de Ernesto, uno de mis favoritos, aunque curiosamente lo he cantado apenas cinco veces en mi carrera”.

Sobre su regreso al MET, Camarena asegura que ya comienza ver este teatro como su casa. “Al llegar al MET empiezo a tener la sensación de estar en casa, porque las muestras de cariño que he recibido del público han sido impresionantes”.

Tan sólo el pasado miércoles fue recibido entre aplausos sin haber cantado una sola nota. “Es algo que no me había pasado: tan pronto entré a escena el público aplaudió. Fue algo emocionante y sobrecogedor”, narra.

¿Por qué no ha vuelto a bisar para el público del MET en las recientes funciones?, se le cuestiona al cantante que vendrá a México en abril de este año. “La cuestión del bis nunca fue decisión mía. La primera vez en el MET fue una propuesta que me hizo el director del teatro, a la cual accedí siempre y cuando el director de escena estuviera de acuerdo y el público así lo pidiera. Lo mismo sucedió en el Teatro Real de Madrid”.

Esto significa que en sus recientes apariciones en el MET no ha habido pláticas ni acuerdos con la dirección del teatro para pensar en un bis, explica. “No es algo que yo decida. Aunque es cierto que el público ha estado muy entusiasta”.

Virtud y leyenda

Una de las mayores virtudes de Javier Camarena es su sencillez y accesibilidad con el público. Y aunque ya tiene agendado su debut en el Covent Garden de Londres para septiembre de 2017 o su presentación en el Teatro Liceo de Barcelona, donde cantará por primera vez Rigoletto, él afirma que es un hombre común.

“Sigo siendo el mismo Camarena de siempre, un hombre enamorado de mi trabajo, feliz y honrado de hacer esto que tanto disfruto y amo”, apunta.

La razón es sencilla, agrega, porque, al final del día, cuando la música deja de sonar, llega el momento en que se apagan las luces y el artista debe bajar del escenario. “Por eso me gusta pensar y creer que no solamente quedará el recuerdo de lo que hago sobre el escenario, sino de quién soy como persona fuera de él”.

¿No se siente el príncipe o el nuevo rey del Do de pecho?, se le cuestiona. “No soy fan de los calificativos. De verdad. Sí me halaga y me honra todo esto que pasa en la prensa, pero lo tomo como resultado de muchos años de trabajo. Es una recompensa, pero no es algo que necesite para seguir adelante”.

Una de las leyendas que más admira Camarena es Alfredo Kraus, el tenor español que le ha servido como referente en cuanto al repertorio.

Sin embargo, reconoce que su tenor favorito es Fritz Wunderlich, “una de las voces que más me mueven y conmueven; Pavarotti es otro, y desde luego mi maestro Francisco Araiza, sin dejar fuera a mexicanos como Ramón Vargas, Rolando Villazón y Fernando de la Mora”, señala.

¿Observa un boom de cantantes mexicanos fuera del país? “No es que haya un boom, sino un poquito más de interés y de comunicación. Basta ver a figuras como Rebeca Olvera o María Katzarava”.

¿Alguna vez hará dúo con María Katzarava? “Hace mucho hicimos un concierto con Enrique Patrón de Rueda, cantamos El dúo de las sombrillas. Fue la única vez. Es complicado por la diferencia de nuestros repertorios, aunque podríamos encontrar un terreno en el que ambos nos sintamos bien para cantar juntos”, destaca.

Por último, el tenor mexicano, que terminará funciones en el MET el 18 de marzo, anuncia que volverá a este mismo escenario en enero de 2017 para cantar El barbero de Sevilla, y un mes después su versión de I Puritani, misma que cantará en abril de este año en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes.

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